Opinión

Verso

Por Luisa Lane.

La derecha propone por izquierda y gobierna por ultraderecha. La izquierda magnifica por la obtención de un voto y logra nada. El peronismo se pelea por ser nacional, popular o liberal. Finalmente cae derrotado por ser progre. El radicalismo como siempre, lucha por el sanguche, esta vez de paleta.

Todos relatos que finalizan el día de la elección y determinan que hace casi una década que la derecha y sus variantes gobiernan esta colonia ubicada al sur de Bolivia.

Redes y medios son cómplices de esta forma de someter. Ellos transforman la palabra en una posverdad, una mentira, una fake, en síntesis, se convierte en cantos de sirena que doblegan a la masa.

“El relato que sustituye al periodismo crea una narración de los hechos al gusto del consumidor. Eliminada la función crítica de la prensa, se puede deformar la realidad, exagerar los problemas, prometer paraísos inexistentes o mandar al paredón a cualquier personaje que no sea de su gusto. Ni importa la verdad cuando no hay nadie que la diga para que alguien la pueda escuchar. A eso hoy llaman posverdad”, afirmó Aram Aharonian.

Hoy estamos en manos de los medios hegemónicos que en complicidad con el mundo cibernético no nos dejan vivir. Ya no sabemos si el porcentaje de inflación, los precios de un super o la bomba que va a explotar es verdad o mentira. Hoy creemos que las redes son indispensables, pero son solo virtuales, como el planeta. Hoy nada es cierto todo es relativo o quizás no sea.

La dictadura mediática trata de suplir a la dictadura militar. Los grupos económicos deciden quienes son protagonistas, quienes tienen la palabra y quienes son sus soldados ante la absorta mirada de la población.

Hoy el presidente maneja su gobierno por las redes que ejecuta mientras acaricia a su perro en la noche de Olivos. Es capaz de declarar la guerra a Irán, entregar el litio a un empresario y sellar con la parca cuantos muertos tendrá el país.

La batalla cultural se perdió con la llegada del celular. La política cayó cuando el peronismo fue infiltrado por izquierda y derecha. Hoy el sistema se cuadra ante el poder y este decide quien será el nuevo presidente y quien no. De nada sirve la doctrina de los cuarenta ni los discursos k, hoy gobierna un sujeto que alquila su novia, clona a su perro y nombra primera dama a su hermana. El poder decidió que este influencer convierta al país en una colonia y este se arrodilla diariamente ante cualquier mega empresario que no hable castellano. Mientras tanto
la oposición pregunta quien hará la boleta para las próximas elecciones. En una palabra, estamos en el horno, ¿no le parece?

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