Opinión

Muerte invisible

Por Inés Perado.

Los palestinos están desapareciendo de la Tierra. Israel encontró la excusa perfecta para realizar una limpieza humana. Además de matar sin compasión alguna se victimiza ante el mundo todo y logra la adhesión del llamado mundo libre. No tan libre digamos porque si algún integrante de occidente no se encolumna detrás de la Otan y el estado creado por la familia Rothschild, sufre sus consecuencias.

Los medios hegemónicos informan sobre los resultados de la guerra. Cifras que indican la cantidad, pero la muerte no se huele, no se ve, no se siente. Saber que en Gaza han muerto 35 mil humanos de los cuales la mitad son niños no moviliza al espectador, pero la imagen de una niña herida israelí conmociona a la sociedad en contra de los palestinos.

Pero la no visibilización de las consecuencias de la guerra no es nuevo. Desde el siglo pasado que el televidente no percibe como son las matanzas en las llamadas guerras por la libertad y la democracia. Dos conceptos que actúan como salvaguarda de un sistema mentiroso y criminal.

A diferencia de lo que sucedió durante la invasión estadounidense en Vietnam, donde las imágenes de la destrucción se situaban en la disrupción abierta de los cuerpos de los combatientes, en la de Irak, el ejército yanqui censuró meticulosamente todas las tomas televisivas para invisibilizar esta disrupción. En la guerra del golfo murieron entre 400 y 500 mil civiles iraquíes. En la de Afganistán, unos 75 mil. En Yugoslavia, Siria, Libia y Yemen, las cifras también alcanzan niveles altísimos.

En realidad, en las últimas tres décadas, la OTAN ha devenido una maquinaria letal y genocida. Siempre en nombre de la paz, la libertad y la democracia. Términos que los medios repiten y engañan a una sociedad toda.

Hoy la muerte no se ve en Asía, pero se huele, se palpita. Quizás la última imagen retro de una guerra fue esa chiquita vietnamita que fue afectada por un arma química lanzada por los buenos estadounidenses en el pacífico gobierno del bueno de Kennedy.

En Argentina no hay una guerra visible, el imperio en sociedad con las corporaciones transnacionales actúan de otra manera. Compran un sistema político y convierten a un territorio en una porción de tierra con olor a miseria, pobreza y desunión. No vemos la matanza en Gaza, pero vivimos día a día la destrucción de este lugar que alguna vez fue un país. Siempre en nombre de la libertad, que hoy retrasa, ¿no le parece?

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