México rompió con Ecuador y eleva el caso a la Corte Internacional de Justicia.
Por Margarita Pécora B. –
La ruptura de relaciones diplomáticas entre México y Ecuador, es una de las lamentables consecuencias que generado el acto violatorio y prepotente del pasado viernes, tras el asalto con personal armado a la embajada de México en Ecuador, para capturar al ex vicepresidente ecuatoriano Jorge Glas. Ese incidente ordenado por el presidente de Ecuador Daniel Noboa, provocó una crisis diplomática sin precedentes en la Región y ha sido condenado de forma casi unánime de la comunidad internacional y latinoamericana en particular.
Como era de esperar ante semejante hecho que sienta graves precedentes para el mundo diplomático, el gobierno mexicano presentará una denuncia ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, poniendo en evidencia la responsabilidad de Ecuador por las graves violaciones al Derecho Internacional que este hecho violento constituye.
Fuentes consultadas que citan a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), confirman que la Embajada de México en Ecuador cerrará de forma indefinida y suspenderá los servicios consulares para más de 1.600 mexicanos y empresarios en la nación suramericana, aunque otras afirman que se mantendrán al menos los vuelos comerciales entre un país y otro.
Lo cierto es que Daniel Noboa, actual presidente de Ecuador acaba de desatar una verdadera crisis diplomática con México, al autorizar y respaldar un acto violatorio de la inmunidad de las sedes diplomáticas, que no tiene precedentes y contraviene de manera flagrante la Convención de Viena vigente desde 1961 .
Por eso las redes sociales explotaron desde la noche del viernes, creando una fuerte conmoción y rechazo a nivel regional, viendo el ataque de la Policía Nacional ecuatoriana a la Embajada de México en Quito, la capital, donde fue detenido el ex vicepresidente de Ecuador, Jorge Glas y durante el cual se dice que fue agredido también el personal diplomático.
Como era de esperar, el presidente mejicano Andrés Manuel López Obrador denunció que esto fue “una violación flagrante al derecho internacional y a la soberanía de México”, una afrenta a la diplomacia y el derecho internacional que sienta gravísimos precedentes.
Las fuentes consultadas afirman que el ingreso de las autoridades ecuatorianas (estamos hablando de policías y de militares) a la Embajada de México y la posterior detención de Glas, se produjo en un momento de máxima tensión en las relaciones entre ambos países, después de que el Gobierno del presidente ecuatoriano, expulsó a la embajadora mexicana Raquel Serur por unas declaraciones de López Obrador, sobre el asesinato del candidato Fernando Villavicencio y el efecto en los comicios ganados por el joven empresario, de 36 años. ¿Acaso fue este un pretexto del mandatario ecuatoriano para ir luego por Glas?
Y la verdad es que ya se venía calentando el ring entre México y Ecuador, pero era porque el objetivo estaba en sacar a Glas de la embajada y ponerlo tras las rejas. Y lo lograron allanando la sede diplomática por la fuerza. El presidente López Obrador ha señalado que Glas llevaba tiempo solicitando asilo y que en el Gobierno mexicano considera que el derecho de asilo «es sagrado». Obviamente por ello se lo otorgaron.
Ahora la Corte Internacional de Justicia tiene que investigar el hecho irrefutable para el mundo, porque se vieron claramente las imágenes del operativo policial en la embajada allanada, y son realmente impresionantes donde se ve personal policial con armas largas, trepándose por las rejas hacia el interior de la embajada, y metiendo una camioneta que fue en la que luego se llevaron a Glas. Ello fue denunciado por el jefe de Cancillería y Asuntos Políticos de la Embajada, Roberto Canseco, como algo “totalmente inaceptable” y a él se lo ve como lo agreden en la entrada cuando intentaba oponerse a la violenta detención de Glas.
Trascendidos periodísticos dan cuenta de que Glas, el ex vicepresidente ecuatoriano había llegado a finales de diciembre de 2023 a la Embajada de México, tras ser imputado por presunta malversación de fondos en el caso ‘Reconstrucción’ de la provincia de Manabí, luego del fuerte terremoto de 2016. Y varias agencias reproducen el concepto de que El ex vicepresidente, que se considera inocente y un perseguido político víctima de ‘lawfare’, llegó a la Embajada de México en Quito cuando todavía no pesaba sobre él una orden de detención, y a inicios de este año un juez ordenó su captura e ingresó en prisión provisional.
El tema es que con todo y eso, el Gobierno de Ecuador irrumpió el viernes por la noche en la Embajada de México en Quito y detuvo a Glas de esa forma agresiva. Por supuesto que tamaño acto de fuerza contra la sede diplomática del país azteca, hizo que el presidente Andrés Manuel López Obrador anunciara la suspensión de las relaciones diplomáticas con el país andino.
Por otra parte hay fuentes que afirman, que un día antes, la tensión entre los dos países escaló después de que el presidente mexicano, hiciera unas declaraciones que Ecuador consideró “muy desafortunadas” sobre las últimas elecciones en las que ganó el mandatario ecuatoriano Daniel Noboa.¿ Acaso eso fue motivo suficiente para una salvajada?
Las reacciones en México son muy fuertes, y explican la conmoción que se siente por eso que califican un grave hecho en la órbita de las relaciones internacionales. Los mexicanos dicen que lo ocurrido «no tiene precedentes”, que es un «Acto de barbarie», que es una invasión a la soberanía territorial de Méxic. Y analistas internacionales fijan su mirada en el hecho como una gravísima violación de Ecuador a la Convención de Viena.
Gustavo Petro el presidente de tu país, Colombia… fue rotundo en su mensaje por la red, al decir que “Se ha roto la convención de Viena y la soberanía de México en Ecuador. Vuelvo a insistir que América Latina y el Caribe, cualesquiera que sean las construcciones sociales y políticas en cada país, debe mantener vivos los preceptos del derecho internacional en medio de la barbarie que avanza en el mundo y el pacto democrático dentro del continente. Colombia respeta el derecho universal al asilo político. Toda mi solidaridad al personal diplomático de México en Quito”, escribió en la red social.
Y qué dijo el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, bueno pues, declaró que no va a permitir que «ningún delincuente quede en la impunidad». «Ningún delincuente puede ser considerado un perseguido político. Y que Jorge Glas ha sido condenado con sentencia ejecutoria y contaba con disposición de captura emitida por las autoridades competentes», eso proclamó, pero lo que parece estar clarísimo para todo el ámbito diplomático a nivel internacional, es que Noboa cometió un grave error al ordenar penetrar por la fuerza en la embajada de un país, contraviniendo de manera flagrante la Convención.
¿Qué consecuencias traerá este hecho?
Pues ya las estamos viendo: se cortaron las relaciones diplomáticas, y el caso va rumbo a la Corte Internacional de La Haya, con la esperanza de que se dicte una medida categórica contra el país infractor.
Porque el asunto es que La Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, establecida en 1961, representa un pilar fundamental en el derecho internacional, delineando las reglas que rigen las interacciones diplomáticas entre los Estados. Y este tratado internacional está diseñado para facilitar las relaciones pacíficas a nivel mundial, garantizando que los diplomáticos puedan realizar sus funciones sin temor a ser arrestados y que las embajadas operen como territorios extraterritoriales seguros. Cosa que en esta ocasión ha sido vulnerada de manera forzada por el gobierno de Daniel Noboa.
De modo que la ruptura de los tratados establecidos en esta Convención puede llevar a una serie de consecuencias negativas para los países involucrados, en este caso Ecuador y Méjico, afectando sus relaciones bilaterales, su posición en el ámbito internacional y, potencialmente, su estabilidad interna.
Algo lamentable, porque se van a afectar sensiblemente la cooperación en ámbitos clave como la seguridad, el comercio y la inversión, y se van a dañar sensiblemente los convenios comerciales. Todo porque el primer mandatario del país infractor, en este caso Ecuador, ha tomado medidas arbitrarias, que también afectarán su influencia y su prestigio internacional.
Algunos analistas opinan que “Ni los dictadores Pinochet o Videla se atrevieron a semejante cosa. Y califican el incidente como «un acto de barbarie» y «una violación al derecho internacional». Así reaccionaron también desde varios países de América Latina.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador fue contundente al subrayar que «Se trata de una violación flagrante al derecho internacional y a la soberanía de México”. Y ello explica por qué AMLO instruyó el canciller de México a proceder de manera legal e inmediata a declarar la suspensión de relaciones diplomáticas con el Gobierno de Ecuador.
«Es algo realmente insólito, inadmisible e indignante, ni siquiera en los peores golpes de Estado de nuestra región se había dado una situación de esta naturaleza», expresó la Secretaria de Exteriores de México, Alicia Bárcena, en comentarios por un canal televisivo.
El ex presidente ecuatoriano Rafael Correa, por su parte, responsabilizó a Daniel Noboa de la seguridad de Jorge Glas pese a haber recibido el asilo político del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Lo último que se sabe acerca del ex vicepresidente ecuatoriano Jorge Glas, es que presentó el pasado domingo, un recurso de habeas corpus con el objetivo de salir de la cárcel de máxima seguridad La Roca en Guayaquil, donde está recluido desde el sábado anterior, y que dicho recurso presentado por el ex funcionario, recayó en la Unidad Judicial Especializada de Garantías Penitenciarias de Guayaquil. En fin, que la vida de Glas está en peligro, y la prepotencia de Noboa, ya está pagando un alto costo con una crisis diplomática que bien pudo evitarse.