NARCISO IBÁÑEZ MENTA NO SE ANIMÓ A TANTO

La nueva designación de Sergio Tomás Massa al frente de una cartera que articula Economía, Desarrollo Productivo y Agricultura, Ganadería y Pesca trae una confirmación y una novedad en sí.

La novedad es que la salida no fue en helicóptero, ni llamando a elecciones anticipadas como muchos preveían sino designando un sucesor en el propio mandato. Asumir su incapacidad de generar alegría en el pueblo es el mejor acto que tuvo Alberto Fernández en buena parte de su gestión.

Esto claro que sucederá si el ariano no logra neutralizarlo como suele hacer con los miembros de su gabinete. El caníbal Fernández entró para cantarle las 40 a los santafesinos por la inactividad del ministerio en seguridad, y por ahí anda, desdibujado. Soria era la revolución judicial que cada vez apesta más. Otro ejemplo fue el tucumano Manzur y las reuniones citadas por él bien temprano dándole otro ejercicio a la gestión. Todos fueron alcanzados por el rayo neutralizador del Presidente. Que cree una virtud en ser él quien comunique lo que no entiende.

Al parecer, Massa correrá otra suerte porque obtiene la suma del poder recaudatorio del país.

La confirmación es sobre el desinterés de la voluntad popular. Hoy tener 1 voto y el 30 por ciento del padrón electoral es lo mismo. El engendro aliancista que propuso Cristina trajo una horizontalidad difícil de entender.

Tiempo atrás quien tenía más votos conducía, pero habiendo creado las PASO (herramienta que permite legalizar esa costumbre) se optó por ceder el caudal de voto peronista a quienes no podían ganar la elección para presidir un consorcio.

Alberto Fernández sacó oro. Mientras no puede presidir el consorcio porque alquila, preside el PJ sin ser peronista.

Sergio Massa por su parte fue Intendente gracias al espacio que intentó dinamitar. ¿Qué hubiera pasado si los 21 puntos que sacó en el 2015 hubieran ido para Scioli? La cuenta es rápida: Scioli lograba los 57 puntos que lo depositaban en la Presidencia con una aplastante victoria sobre los 34 puntos de Macri.

La historia no fue así. ¿Por qué se fue Massa del kirchnerismo? En el 2009 volvió a Tigre luego de haber sido Jefe de Gabinete de Cristina sucediendo en el cargo a Alberto Fernández, valga la redundancia.

El motivo fue ser acusado de “no ponerse la camiseta”, siendo benévolos, para el FpV en las elecciones de ese año. Siendo malo cabe recordar la anécdota que comentó uno de los presentes aquella noche en el bunker de la derrota, que recordaba que Néstor le tiró una botella de agua al hincha de Tigre, y entre insultos le dijo que De Narváez les había ganado por su culpa.

Como en las historias reales nunca ganan los buenos, hoy Sergio Tomás es alabado por Infobae y Página 12, la oposición tiene más conflictos de intereses que Aranguren representando a Shell siendo Ministro.

Massa no ingresa, ya es parte del fracaso. Sus allegados quieren que le digan superministro y tiene una responsabilidad a la cual no hubiera llegado nunca por los votos. El Frente de Todos es el instrumento por el cual los sin votos juegan a ser Presidentes. Quien peor hizo por el peronismo fue Menem, en el sentido que subió por sus votos en lugar de cualquier otro tipo de Gobiernos donde el movimiento resurgió de sus cenizas como opositor. Bien, el Frente de Todos llega para intentar demoler al movimiento más grande de occidente, que hoy corre un peligro más grande del que tenía cuando era Presidente Macri.

“No pasa nada, si todos los traidores se van con Massa”, cantaba la Cámpora. Sergio ahora es la esperanza blanca.

Más allá de los nombres vayamos al terreno político. No es un dato menor que Batakis vaya al Banco Nación, si bien es un cargo menor no es irrelevante que luego de la conversación con el Tesoro gringo se precipite lo que no ocurrió hace 25 días cuando fue designada.

Lo venden como una irresponsabilidad del Gobierno que esto suceda, pero irresponsable es hacer venir a Scioli para agradecerle por los servicios y mandarlo de nuevo. Irresponsable fue la renuncia de Guzmán. Con Batakis se confirmó lo obvio, ya no alcanza con decir que se va a ajustar cuanto se pueda.

Para que se entienda mejor el concepto: la embajada no quiere supervisar, quiere gobernar.