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Ya Nadie va a Escuchar a tus Instituciones

Por: Maximiliano Rolón

Las reglas que alguna vez dieron orden al mundo están siendo ampliamente desafiadas o directamente ignoradas por todas las naciones del mundo. Una de ellas y, quizá la más notable, son las sanciones económicas.

En la última década, Estados Unidos ha usado y abusado de las mismas, no solo como política exterior sino también como una suerte de guerra comercial. Estas sanciones se aplican con total normalidad y con una levedad escalofriante. Lo peor del caso es que, más allá de las relaciones bilaterales que esto puede llegar a ocasionar, el planeta entero se ve afectado y fragmentado por las decisiones tomadas unilateralmente, mostrándonos división donde antes había cooperación.

La guerra de subsidios es algo que no se visibiliza en este lado del mundo. Los países desarrollados invierten permanentemente en reforzar su industria nacional, desde la tecnología hasta la inteligencia artificial. Esta actitud se ve con nitidez entre las dos superpotencias actuales: China y Estados Unidos. Esto crea una distorsión en los mercados internacionales. Por supuesto que ellos protegen sus intereses (mercado interno) y promueven acuerdos de libre comercio con los demás países. ¿Acaso los líderes de las naciones de este lado del continente no observan eso?

La pérdida de credibilidad en las instituciones internacionales como la ONU se ve reflejada con claridad: Ya nadie toma en serio las resoluciones OBLIGATORIAS de la propia ONU. Esto es a raíz de que el consejo de seguridad está paralizado por las 5 potencias permanentes con derecho a veto. E incluso si ese veto se superara, como es el caso de la resolución de cese al fuego entre Israel y HAMAS, no hay manera de que estas resoluciones se cumplan si no es por la fuerza.

Las potencias de ambos lados del globo violan la propia carta de las Naciones Unidas sin consecuencias. Rusia invadió Ucrania en 2014 y, luego, otra vez en 2022 y no pasó nada porque la misma Rusia tiene poder de veto. Lo mismo pasa con Estados Unidos que lleva su concepto de democracia a cualquier país, mediante las balas. Tan solo este año Estados Unidos bombardeó Siria, Yemen e Irak saltándose las resoluciones del Consejo de Seguridad. Por lo tanto, cada vez son más los países que desobedecen este orden que se suponía debía ser respetado. Un caso emblemático es el asalto a la Embajada ecuatoriana en México, para la captura de Julian Assange. Esto demuestra que cada vez son más los países que violan las normas vigentes y lo que no debían hacer, lo hacen sin problema. Estas son señales de un sistema que está perdiendo la capacidad de manejar conflictos y promover la cooperación.

Si los países cuestionan el orden establecido, ¿qué es lo que queda para los ciudadanos? ¿Acaso no son ellos el reflejo del mundo en el que viven? ¿Qué queda para las instituciones civiles que dicen liderar a la comunidad? ¿Verdaderamente representan a alguien en el mundo de hoy? ¿Pueden decirse lideres de la sociedad civil con total liviandad? ¿Acaso no ven el nuevo paradigma mundial?

A lo mejor el sistema ya colapsó pero aún no escucharon el ruido.

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