Una movilización masiva de los cartoneros a favor del reciclado
Marcharon hacia la jefatura del gobierno porteño para que no se abandone el sistema. Denunciaron que Mauricio Macri quiere entregarle el negocio del reciclado a las empresas privadas.
Unos 4000 cartoneros se movilizaron ayer entre el Obelisco y la Jefatura de Gobierno porteño para exigir que el Ejecutivo de la Ciudad no abandone el sistema de reciclado de la basura con inclusión social. A media tarde, y al no recibir ninguna respuesta por parte de Edgardo Cenzón, ministro de Ambiente y Espacio Público, el presidente de la Federación de Cartoneros y Recicladores (FACYR), Sergio Sánchez, decidió encadenarse en el edificio público y comenzar una huelga de hambre hasta que el ministro se siente a dialogar con los cartoneros.
La marcha había arrancado cerca del mediodía, frente al Obelisco, donde está instalada también, la carpa de los docentes. Una columna muy compacta de tres cuadras avanzó por la Avenida 9 de Julio –por un costado del carril del Metrobus– y al llegar a Avenida de Mayo recibió también la solidaridad de los pueblos qom que se encuentran acampando en esa esquina desde hace varias semanas.
«Vamos, cantemos bien fuerte, que nos escuche Macri y que se asuste», agitaba uno de los cartoneros desde arriba de un camión. Las banderas de las distintas cooperativas de los barrios de la Capital se agitaban marcando una asistencia perfecta: la Federación tiene unos 4000 cartoneros organizados, mas o menos la misma cantidad de asitentes. Hay, claro, otros cuatro mil cartoneros que no están agrupados y prefieren rebuscárselas como pueden.
«El Gobierno de la Ciudad recibe premios y felicitaciones por el sistema de reciclado que hacemos nosotros, –le dijo Sánchez a Tiempo Argentino – pero la gente cree que está todo automatizado y eso no es cierto: no hay máquinas, lo hacemos todo a mano, o hay algunas pero están rotas y nunca hay presupuesto para arreglarlas.»
Durante los dos últimos años, los cartoneros de capital percibieron un incentivo de 2000 pesos como parte del pago que hace el estado municipal por el ahorro que le genera a la sociedad el trabajo de los cartoneros.
«Ahí donde ustedes ven un carrito lleno de basura, es un carrito menos que hay que enterrar, un carrito menos que hay que pagar», grafica Suárez. Ese incentivo se mantuvo estable durate los últimos dos años, pese a la inflación y pese a que los distintos parches que se le fueron poniendo al sistema fueron quitándoles recursos económicos.
«Hoy la gente tira las bolsas en los tachos grandotes negros y no podemos meternos ahí, o sí se puede, pero nos lastimamos.» Interrogado acerca de cuál sería una actualización justa para ese incentivo, Suárez piensa en una cifra cercana a los cinco mil quinientos pesos. «Pero lo que estamos defendiendo hoy es el sistema, no nuestro ingreso: Macri quiere regalarle todo este negocio a las empresas privadas y sacarnos a nosotros del medio», explica.
La única solución al tema de la basura, entonces, es reciclar en origen. «Separar lo reciclable de lo no reciclable, y lo no reciclable es un perro muerto, una bolsa de escombros», dice Suárez. «Mucha gente hace las cosas bien, pero también hay vecinos que tiran cualquier cosa de cualquier manera”. «
Una duda de $ 600 millones
En una nota periodística que apareció precisamente el día que los cartoneros realizaban su movilización, el Ministro de Ambiente y Espacio Público Edgardo Cenzón dijo que en los últimos dos años se invirtieron cerca de 600 millones de pesos entre prestaciones sociales y equipamiento en centros verdes. «¿Dónde están esos 600 millones?», se preguntó el presidente de la Federación Argentina de Cartoneros y Recicladores, Sergio Suárez, conocido por ser amigo del Papa Francisco. «En los centros verdes no apareció ni un solo equipamiento, hay que revisar porque en una de esas esa plata se fue a la campaña electoral y nos la quieren embocar a nosotros.»