Opinión

Un sistema vacío

Por Kurt Winkels

La motosierra no está dejando nada en pie. Mientras esto ocurre el sistema comenta, crónica pero no acciona. Ni el político ni el abogado ni el cura mueven un dedo para detener a un subnormal bizzárrico. Tampoco el uniformado y menos el periodista hegemónico.

La democracia esta vacía de contenido. Solo se vota, pero no se elige. En las últimas elecciones votamos al que nos caía más simpático de la embajada yanqui pues todos eran empleados de tío Sam.

Se impuso el anarco capitalismo o una sección del neo liberalismo. Si Milei no hubiera sido el triunfador el modelo sería el mismo, la diferencia es que quien gobernara al menos no necesitaba ser internado.

El ciudadano tampoco es ajeno al deterioro social. No piensa en ideología sino en caras. No se distingue la derecha de la izquierda, habla de cambio como si fuera a comprar un saco. Utilizan palabras que sin conocimiento carecen de valor y contenido. Estamos mal pero no por falta de plata sino de educación y cultura.

Esto significa que la solución al problema argentino no tendrá solución en un corto plazo. Nos consta que el analfabeto político es mayoría en nuestro país. Según Bertolt Brecht este analfabeto no participa, no oye, no habla. No sabe del costo de la vida, del precio de la comida, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios que dependen de las decisiones políticas.

“El analfabeto político se enorgullece y se ensancha el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto y lacayo”.

La Argentina vive una tragedia. Enfermos de cáncer no reciben la medicación que el estado otorgaba con lo cual su vida acabará pronto. Los jubilados invierten sus recursos en remedios y si no alcanza se acota su vida. El pobre no pertenece a la clase baja, ya no pertenece. Se vende Valium como si fuera pan en otros tiempos. La Avenida Santa Fe, la Avenida Córdoba, Constitución, Flores por nombrar algunas arterias y barrios es el paraíso de la prostitución y las calles porteñas alojan a las familias que ayer alquilaban.

Todo esto horror gracias a un subnormal. El mismo que nombró ministro de Salud a al quien que te dice que para eliminar el dengue hay que matar al mosquito, pero no te da vacuna ni repelente.

Con semejante diagnóstico el miedo bajó su cotización. El desempleado ya no tiene nada que perder, al igual que el enfermo y el jubilado. Es hora de jugarse por las convicciones sabiendo que si nos quedamos quietos la motosierra actúa. ¿Es hora de resistir para luchar y de insistir para convencer, es hora de otra Argentina y no de esta que el sionismo se la reparte con ayuda de chetos que hablan porque el aire es gratis, no le parece?

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