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Tumini: «Parece que se dobla nomás»

Allá por fines del siglo diecinueve Leandro Alem pronunció una frase que, en cierta medida, marcó luego la conducta política del radicalismo a futuro: “Que se rompa pero que no se doble”. Refería el gran dirigente a los límites que debían tener los acuerdos políticos, en función de que no desnaturalizaran a un partido que representaba la causa de las mayorías populares contra el régimen de los conservadores.

En abril del año pasado la UCR junto con otros 7 partidos constituimos UNEN, un frente para ir las elecciones presidenciales de este año. Dándole en ellas a la ciudadanía, la posibilidad de una salida progresista del kirchnerismo, contrapuesta a las varias opciones de la derecha (Macri, Massa, Scioli).

Al poco tiempo Elisa Carrió y algunos dirigentes radicales comenzaron a debilitar UNEN, haciendo trabajo de zapa en favor de un acuerdo con el PRO. Este esmerilamiento tuvo finalmente éxito y la alianza de fuerzas progresistas murió. Como dijo un dirigente radical: «Nos hundieron el barco y ahora quieren hacernos pasar a otro».

  Ese otro es el barco de Mauricio Macri, obviamente. Ahora se acerca entonces el segundo acto. Ernesto Sanz ya blanqueó su estrategia -la que opera de un año a esta parte- y, con argumentos varios, explica porqué el centenario partido debe aprobar en su Convención el acuerdo con el PRO. O sea, la alianza con la principal expresión de la derecha en la Argentina. Trata de convencer a sus correligionarios de que ese es el lugar de su partido, en esta coyuntura histórica por la que transitamos.

Por suerte hay algunos que desnudan lo poco tiene que ver con la esencia progresista del radicalismo ese alineamiento. Ayer lo explicó con claridad Ricardo Alfonsín: “nadie conseguirá convencerme de que a esta situación llegamos de casualidad, ni que es mejor ser furgón de cola del PRO, o que es mejor ganar con el PRO que con el Frente Amplio UNEN».

  Lamentablemente todo indica que, de la mano de Sanz y otros dirigentes, predominará en el radicalismo el concepto de que no es malo que el partido se doble. Grave error para el presente y el futuro. Macri fue menemista, nunca dejó de serlo, recordemos que país dejó la década del noventa de la mano del neoliberalismo. Muy malo ir detrás de quién nos quiere retrotraer a esos tiempos.

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