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SERGIO RODRÍGUEZ GELFENSTEIN: “A  50  años del golpe,  Chile sigue dividido”.

Por Claudia Bustamante  y Gabriel Russo  -

La  rotunda  evaluación,  fue  hecha  por el politólogo venezolano Sergio Rodríguez Gelfenstein,   tras participar hoy en la  conmemoración por los 50 años  del Golpe contra Salvador Allende,   que dio inicio a la dictadura de Augusto Pinochet hasta 1991,  dejando gran cantidad de muertos .  En esta ocasión,  “hubo una represión inédita de Carabineros contra el pueblo y “empadronamiento” de participantes  en la marcha»,  reveló el  analista  que también compartió  con Comunas, su visión geopolítica sobre el rol de las fuerzas antagónicas en nuestra Región,  y particularmente el perfil de derecha que ha asumido el presidente Boric.

Contános ¿Cómo se vive hoy,  un día tan particular y lleno de actividades en relación al aniversario de este golpe?

Lo  primero que se vive cuando uno viene del exterior es la división de la sociedad,  el fraccionamiento de la sociedad que generó la dictadura y que nos ha podido restablecer ;  -comenzó  evaluando  Rodríguez Gelfestein-;  esta sigue siendo una sociedad dividida- la propia conmemoración del 50 aniversario del 11 de septiembre no tiene una mirada común, la sociedad recibe esta fecha de diferente manera, algunos recuerdan al Presidente Salvador Allende, su  martirologio,  su entrega y su lealtad al pueblo y otros celebran que  las fuerzas armadas hayan derrotado lo que ellos llaman el “cáncer marxista” y la posibilidad de hacer un proceso de transformación en el país.

Incluso en  los sectores que recuerdan el Presidente allende,  tampoco hay una mirada única, el propio gobierno se ha encargado de dividir al movimiento popular, al movimiento social tomando algunas decisiones como intentaron ayer en la marcha que todos los años se hace el 11 de septiembre, pero que precisamente para evitar que hubiera encontronazos este año se hizo el 10 de septiembre;  y el gobierno   trató de hacer algo que ni la dictadura hizo-  destacó  Sergio-,  que fue tratar de empadronar a los manifestantes;  saber el nombre y apellido de los que iban a participar lo cual es imposible como  empadronar a una marcha popular donde la gente asiste espontáneamente.

Pero efectivamente la marcha  se hizo,  y el  Presidente Boric decidió  participar en dos cuadras de la marcha,   y  cuando se hizo eso, se militarizó  al sector de la Moneda donde el Presidente iba hacer  este  show de dos cuadras, entonces la marcha se dividió entre aquellos que eran sectores afines al gobierno,  y los que no lo eran  que tuvieron que desviarse  para poder ir al cementerio a rendir homenaje al Presidente Salvador Allende , y fueron reprimidos brutalmente por carabineros,  incluso dentro del cementerio.

Vimos las imágenes y no entendíamos por qué reprimían.

Sí, porque algunos celebraban que las Fuerzas Armadas allende  hayan irrumpido la democracia y hayan impedido que se siguiera desarrollando el gobierno democrático y constitucional,  pero los sectores  de Allende, pero los que fueron reprimidos ayer eran de izquierda,  incluso sectores que a hace apenas un año apoyaron a Gabriel Boric y que hoy querían manifestarse incluso como se hacía en dictadura  que se hacía esta marcha el 11 de septiembre.

Lo de ayer fue inédito, dividir la marcha,  tratar de tomar un control de los que iban a participar y después que la marcha había emprendido dividir la entre los acólitos del gobierno y los que no eran y dejar que marcharan tranquilamente las organizaciones cercanas al gobierno y reprimir a las otras,  fue una cosa que nunca había ocurrido.

Ahora se entiende por qué  no logró Boric  un documento único para conmemorar este día por una democracia para siempre. Esta situación de divisiones  y fragmentación, que se ve ahora en Chile,  es como un denominador común de la región ¿no?

Sí, efectivamente es un método que han descubierto las oligarquías. En la medida que era diseñado un sistema del cual podían tener un control y del cual podría diseñar un espacio desde el cual podían ejecutar sus políticas que mantuvieran el dominio y el control de la sociedad, el modelo era aceptable, pero la medida que las fuerzas populares fueron aprendiendo se fueron organizando y se fueron estructurando y comenzaron a ganar las elecciones entonces  ya el modelo no le servía.

Son las oligarquías las que están destruyendo el modelo democrático. Las salidas que hay en la región no son salidas revolucionarias, son la búsqueda de la oligarquía para tratar de dar continuidad y en esa medida uno de los métodos que han utilizado es el de cooptación de dirigentes y el de división del movimiento popular, el de división del movimiento social y por eso encontramos personajes como los Boric y otros que gana las elecciones con un discurso de izquierda, y después gobiernan como un discurso de derecha.

Por qué si la sociedad chilena, casi el 50 por ciento hoy aplaude a Pinochet en un país al margen de la dictadura. Y  por qué crees que este Presidente que se anunciaba como el che Guevara termina siendo cómplice de Pinochet ¿por qué se derechizó?

Aquí Chile si se toma por el universo de participación electoral  ronda el 50 por ciento, entonces es 25 por ciento. El 50 por ciento es una generalidad de lo que está pasando en América latina y  50 por ciento al que ya no le interesa la política y no vota por nadie en otros países es el 40 %en otros es el 30 %. Es una cifra que ostensiblemente va creciendo en toda América latina de la gente que se siente ajena a la política.

El tema de Boric tiene que ver con otro fenómeno de la modernidad que es la fabricación mediática, por la capacidad que tiene los medios de comunicación de crear la agenda, de poner el programa y de decidir quién va a ser el candidato y eventualmente quién va a hacer el Presidente.

Si uno analiza el pasado de Boric, no va a recibir sorpresa. Pero yo lo dije en mis escritos previo a las elecciones,  el derrotero que iba a seguir Boric porque uno de los antecedentes, lo que pasa es que no estudiamos la historia, nos dejamos llevar por la coyuntura y el impulso de lo que está ocurriendo en el momento y no nos fijamos en los antecedentes en las actuaciones, en los discursos;  por un lado eso y por otro lado también que los populismos permiten eso.

Dicen cualquier cosa para ganar las elecciones,  establecen compromisos que les da la gana para ganar esas elecciones y después cuando ya están en el poder gobiernan de otra manera porque no tienen valor político, porque no confían en el pueblo, y porque creen que el ensanchamiento de la base social de un gobierno tiene que ser siempre hacia la derecha, hacia los sectores empresariales ; y no entienden que ese ensanchamiento de la base social hay que buscar a los sectores populares con sentido nacional, patriótico, democrático que son  a los que hay que darles un papel,   no de objeto del proceso, sino de sujeto,  porque hay que hacerlos protagónicos y eso es lo que no hacen, eso es que se le está olvidando a la izquierda en el poder y por eso fracasan una y otra vez.

Todo está planificado por los que tiene el poder que precisamente son pragmáticos, estudian  la política, no tienen temor en tomar ciertas decisiones, pero esos sectores que se llaman progresistas, de izquierda o democráticos,  son muy temerosos generalmente y en primer lugar le tienen temor al pueblo,  a que el pueblo sea protagonista. Cuando se gobierna con el pueblo siempre se avanza;  la historia está ahí para demostrarlo.

Vemos que en  este mundo donde el avance de las grandes corporaciones es tan evidente,  el sector político ha perdido tanto poder que, cómo lográs  ensamblar las necesidades, de un pueblo que cada vez tiene mayores postergaciones con un avasallamiento de la ganancia económica de estas grandes empresas. Tienen todo el poder para a través de los medios de comunicación y de los jueces,  que es otra de las  patas  de la democracia que están siendo avasalladas y que inclusive hoy con  las redes sociales donde no hay ningún problema para mal informar y crear una situación social, totalmente distinta a lo que quizás algún sector político honesto pueda avanzar. ¿Es difícil esto?

Yo no recuerdo  un momento desde que empecé a ser dirigente estudiantil a los catorce años,  que no recuerdo momento de tranquilidad y de paz, no recuerdo algo que haya sido fácil en  la política de los sectores democráticos populares porque te enfrentas a un enemigo muy poderoso y nosotros en América latina además tenemos la desgracia de que ese  enemigo poderoso está dentro del continente entonces nunca ha sido fácil.

Pero hay dos cosas que son definitorio en la política que es el apoyo del pueblo y conseguir el apoyo de las Fuerzas Armadas,  que siempre es más difícil,  pero el del pueblo es más fácil cuando tú le das un papel protagónico,  cuando lo haces actuar,  y lo haces sujeto de los cambios , de las transformaciones,  cuando generas condiciones desde el gobierno para ampliar la participación popular en la toma de decisiones, pero sí se siguen repitiendo los gobiernos populares que finalmente no gobiernan  para el pueblo sino para las corporaciones,  entonces es muy difícil.

Tampoco fue difícil para nuestros libertadores Bolívar, San Martín y a todo los padres  de la Patria de enfrentar a uno de los ejércitos del imperio más poderoso de Europa, y derrotarlo no era fácil, era muy difícil mucho más incluso que ahora, y lo lograron. Entonces siempre te enfrentas-la lucha política a favor de los marginados siempre va ser difícil y la única manera,  es con la correlación de fuerzas  que  se puede superar esa dificultad.

Para reivindicar el mensaje de Salvador allende a 50 años del golpe que sufrió el pueblo chileno ¿cuál es la mirada que vos tenés de América latina hoy?

En la  mirada estratégica de lo que está ocurriendo el planeta, yo tengo una visión muy optimista. Creo que estamos viviendo un proceso de transformación estructural del sistema internacional hacia un mundo multipolar de mayor participación, de relaciones mucho más equitativas  y participativas,  sin imposiciones, sin chantajes,  sin amenazas; y en ese proceso que se está viviendo, América Latina es el continente más atrasado,  porque nosotros tenemos la oligarquía más retrógrada de todo el planeta.

En África, Europa, países que tienen profundas contradicciones y diferendos de tipo  territorial,  son capaces de conversar, de ponerse de acuerdo, de buscar alianzas y avanzar en procesos integracionistas que les da mucho más peso a nivel internacional. América Latina no puede hacer eso. América Latina cometió la aberración histórica de construir una organización como el Grupo de Lima para derrocar a un gobierno, eso es inédito en la historia de las relaciones internacionales. Ese es el nivel de lo atrasado, lo  retrógrado y conservador que son nuestras élites.

En ese sentido en cada país  se están desarrollando procesos porque pasamos precisamente de ese momento de las dictaduras de los años 70 y 80 a la imposición de modelos neoliberales avanzados y más profundos , y  de todo eso salimos  y comenzamos a finales del siglo pasado y comienzos de este  siglo a desarrollar proceso populares democráticos pero que generaron que se hicieran coincidir en varios pueblos y permitió que en América latina avanzar en un proceso de integración que logró que América Latina fuera reconocida por primera vez por la potencias mundiales, por la Unión Europea, China, Rusia,  pero hemos logrado un reconocimiento casi planetario, pero tenemos el peso de esas oligarquías y tenemos que desarrollar procesos .

No se  puede pensar en un proceso único; cada país va a desarrollar sus propios proyectos a partir de características nacionales y peculiaridades de que cada país tiene;  y en ese sentido si no hacemos una presión desde los pueblos no vamos a poder avanzar en los organismos de  integración con participación real en este mundo que se está abriendo,  en este sistema internacional.

Ya Brasil forma parte de los Brics y Argentina va a entrar  a los Brics;  hemos ido dando pasos como región para comenzar a tener presencia en este mundo del mañana, pero los procesos tienen que darse primero internamente en cada país,  y avanzar hacia la integración”-fue la recomendación  que dio como cierre el politólogo  Sergio Rodríguez Gelfenstein -.

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