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SANTIAGO FILGUEIRA: Crear ciudades sin maquillaje.

Por  Rodrigo Marcogliese –

Un tema crucial  esta semana ha sido Villa Azul, situada entre el partido bonaerense de Quilmes y Avellaneda, foco de un alarmante brote de Covid-19.  El arquitecto y también docente, Santiago Filgueira recibido de la UBA cuya tesis de postgrado  la hizo en base al barrio Azul, trabaja en el Equipo de Observatorio de Obras Públicas de la universidad de Avellaneda que estudia los barrios populares, y desde esa perspectiva  habló  con Comunas.

¿Qué es el barrio Azul?

“Me parece que es uno de los mejores ejemplos de las políticas públicas eficientes en un territorio. Básicamente lo que nos marca es que un barrio pueda transformarse o agudice la situación de marginalidad  – definió Filgueira y contrapuso  las imágenes del mismo  barrio  por un lado de Avellaneda y del otro  en  el municipio de Quilmes.

“En esta lógica-  argumentó- Avellaneda emprendió un proceso de reurbanización a partir del año 2009 que transformó todo el tejido de barrio informal de una villa, a un barrio de viviendas dignas y lindas y por otro lado  de Quilmes, al barrio que en los últimos años no se le hizo absolutamente nada, y este barrio  toda la situación de marginalidad la agudizó.  Hoy en día estamos viendo cómo  frente a la pandemia un barrio en el que se intervino  y se ampliaron  un montón de distintas política públicas, que  no quedaron solo en viviendas, también polideportivo,  una escuela de la universidad de Avellaneda  hermosa, centros de salud,  y del otro lado, la nada misma.

En otra parte de su charla para Comunas, el arquitecto  aportó  nuevos detalles  que reflejan la voluntad política en la construcción de viviendas,   y que  puso en contraste.

“Este barrio data  de  los años  ‘50, y  tiene- recordó-,  muchísimos años y bastante historia. Fue en el 2009 que se inició esta reurbanización que he  mencionado algo que es muy particular y que hoy en día que estamos viendo como  en varios barrios de la Ciudad de Buenos Aires están haciendo estrategias de reurbanizaciones pero ninguno tomó la política  que se aplicó en Avellaneda que fue la  sustitución de tejido, básicamente en todas estas viviendas informales se convirtieron en nuevas, con la misma gente del barrio que tenía un grado de precariedad absoluto y se fue construyendo un barrio nuevo.

“Es curioso – comparó el  arquitecto-,  porque Avellaneda   es un municipio con los recursos municipales y con los del estado nacional que colaboró con  el programa, hace una intervención mucho mejor que en el caso de la Villa 31, por ejemplo que tuvo infinidad de recursos  superior y que siguió en la misma lógica de seguir abriendo  esos pasillos, hacer algún prototipo de vivienda, que deja mucho que desear, y por otro lado  con pequeñas intervenciones, pero  en espacios públicos, nada..

“Hoy en día vemos como los casos  de  Covid-19 se agudizan en ese barrio (V-31) que tiene montón de recursos puestos que no sirvieron para nada y en este caso vemos una intervención  (V. Azul) mucha más sencilla  y hasta que  no sucedió  esto  nadie conocía a V. Azul  que era un barrio más de la  ciudad.

“Del lado de Quilmes en esta misma época, el mismo signo político la realidad es que no se intervino de ningún modo, la vieron pasar y ahí quedó-

Consultado  desde su  punto de vista arquitectónico, sobre la cantidad de asentamientos y barrios vulnerables de la provincia, ¿qué  requerirían para que queden  urbanizadas, Filgueiras explicó:

“Con el equipo  interdisciplinario que trabaja hace varios años, lo que decimos es que los programas de urbanización de viviendas no   se basan únicamente en construir casas, lo vimos con los programas de viviendas federal;   la lógica de llevar población a  40 kilómetros y abrir casitas que no tienen ningún contexto de ciudad el primer punto  es entender  que la ciudad  se crea a partir de las calles, del encuentro entre las personas, la presencia del estado a través de equipamientos, escuelas,  los hospitales, etc.. montón de cosas que  van más allá de la vivienda en sí.  Y  entender que los barrios populares donde no se aplique una política de  intervención digna sin maquillaje, no van a terminar nunca de  salir adelante”-concluyó-

 

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