Opinión

Llegaremos a tiempo

Por Gabriel Princip.

El PJ ya tiene fecha, tiene interna. Es una solución al gran desastre argentino, no creo pero si es una esperanza. La renovación comienza el en noviembre mientras tanto un perverso comanda el país ubicado al sur de Bolivia.

Mientras el peronismo decide candidatos rumbo a una interna feroz el decreto de necesidad y urgencia desmadra la república y los legisladores juegan a que representan al pueblo. Solo juegan porque acordado está todo y solo en beneficio de la casta.

El padre de Conan espera que los radicales sigan en oferta y algún “compañero” se encolumne para votar la ley de bases. Ley que suplirá al DNU, que en entre paréntesis sigue funcionando ante la vista gorda del sistema.

Usted se da cuenta que desde diciembre solo recibe malas noticias. Alcanza a percibir que el ganador sigue mintiendo, recorriendo el mundo y entregando el país. Es consciente que ni el sistema político, ni la iglesia ni la CGT operan para impedir la mayor desgracia de los últimos cien años.

Usted es el ingenuo que cree que con una motosierra y una licuadora se construye una sociedad. No me diga que se creyó el cuentito que baja la inflación y comienza la riqueza. Tan ingenuo no puede ser. La única verdad es la realidad y esta es que la clase media acabó, finiquitó, culminó, feneció, murió, entendió o le hago un dibujito.

La media clase se duplicó en el 2008, tiempos de Macri, no. Tiempos de radicales, no. Tiempos de milicos, no. ¿Adivine quien gobernó en el 2008? Sin deuda del FMI, pero llegó Macri y otra vez sopa. El topo Alberto siguió con la obra que finalizará el pervertido. Hoy un kilo de pan en España sale más barato que en Argentina con un salario diez veces superior, aclarando que la madre patria no pasa por su mejor momento, de hecho, un barrio sevillano fue embargado por un fondo buitre y será privatizado.

Boletas de luz, gas, impuestos y alimentos carísimos hacen su vida un infierno día a día. ¿Está todo perdido es la pregunta? La respuesta puede ser positiva pero según lo que hagan los ñoquis senatoriales. Votando la ley de bases no otorga ninguna esperanza. Por allí la interna pejotista y el avance con caras nuevas pueden cambiar la historia pero lo primero es lo primero y esto es no ir a Córdoba el 25 de mayo para ser premiado por traicionar a la patria, no le parece?.

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