Un día me preguntaron, que opinaba si hoy estuviera entre nosotros, Jesús de Nazaret.
Respondí casi sin pensar ni dudar un segundo, que Jesús seria un desaparecido más.
No tengo ningún tipo de duda, lo que le hubiera ocurrido si estuviera entre nosotros físicamente. Lo hubieran perseguido, torturado, flagelado, subido a un avión y arrojado al Rio de La Plata.
El mal llamado Proceso de Reorganización Nacional, estoy convencido que lo hubieran mandado a matar por los grupos de tarea, o por un comando paramilitar.
Si Jesús de Nazaret estuviera en esta Tierra y especialmente en nuestro país, sería un enorme defensor de los Derechos Humanos, un defensor de los presos políticos que luchan por su libertad, por su dignidad.
Estaría al lado de las Madres de Plaza de Mayo, que pedían y piden por sus hijos e hijas, así como María pidió por Él.
Estaría junto a los pobres, los humildes, los más necesitados, los descamisados, porque se sentía uno más del pueblo. Viviría en los barrios humildes y comería en un comedero popular.
Siempre habrá un Poncio Pilatos para lavarse las manos
Siempre habrá un Judas para traicionarlo.
Siempre habrá un Barrabas para salir en libertad.
