La causa amarilla se apresta a invadir el microcentro con sus soldados gritando en contra del comunismo, Mariano Moreno, la conquista del desierto y la reforma judicial. Viejos decrépitos en nombre de un globo y una república de cartón exigirán al gobierno que dé marcha atrás con el proyecto de la reforma judicial.
Esos viejos tan sabios como una hormiga colorada, defienden a capa y espada al peor gobierno de los últimos 90 años. Tanta decrepitud basada solo en cumplir años, dando muerte al conocimiento, está puesto al servicio del mayor endeudador de la historia. El hombre que hace olvidar a Videla es defendido por muchos jubilados y parte de la clase media, esa que se suicida a diario, con un único objetivo: practicar el antiperonismo berreta.
Sin entrar a cuestionar este proyecto a nadie escapa que si hay algo que no funciona es la justicia. Los casos federales quedan impunes, los casos civiles duran una eternidad, como por ejemplo validar una escritura con una demora de 12 años. Sin ir más lejos, la herencia de Manuvent Calvets, el empresario cordobés tardó 39 años en resolverse. Eso sí, los jueces no pagan ganancias y cobran jubilaciones altísimas por que los sueldos son de otro planeta.
Las marchas que organiza la derecha tiene dos objetivos claros, protestar por la reforma y por cada ley que se le ocurra al oficialismo. Todo esto sin desatender la idea de provocar más casos de coronavirus, ya que su gente se amucha y grita sin barbijo. Fernández sabe que cualquier cosa que se le ocurra será denostada y criticada, por eso es capaz de llevar al congreso la ley del off-side, seguro que la ex diputada y actual obesa Carrió, se opone porque no guarda el distanciamiento social y obligatorio y el zaguero es narco.
Por ahora la imagen del presidente es alta, la imagen de Macri llega al 9 por ciento y en baja. Pero ya es hora de tirar un centro para las bases porque el tiempo pasa y no hay alegrías para la hinchada. El virus es aliado del Pro y la economía es hija directa de Macri, un desastre. Por ahora se lo banca al gobierno pero debe actuar rápido porque la pandemia sanitaria, más la económica pueden hacer estallar el gobierno.
El aspecto de seguridad debe ser atendido. Si hay marchas deben ser reprimidas, sí dije reprimidas. Aunque la constitución habilite la concurrencia de gente para reclamar, la carta magna no dice nada de virus, ni enfermedades y hoy el principal enemigo es el virus y no se puede permitir que la gente se junte porque al mismo tiempo genera enfermos, muerte, desolación. Siempre el todo es mayor que la parte y el todo es el país y la parte es la causa amarilla y sus sicarios de la verdad. ¿No le parece?
