La derecha con Mauricio Macri como mascarón de proa llegó al gobierno en el 2015. Lo hizo con los siempre colaboracionistas radicales y una desinformada clase media que vota todo lo que sea antiperonismo. Una vez en Balcarce 54 conformaron poder. Trabaron alianza con el poder judicial, la patria medíatica y el poder económico. A partir de allí hicieron valer el caballito de batalla de la campaña, el si , se puede, si, se puede y su correlato, venimos por el cambio, somos Cambiemos resignificado en estos tiempos como Juntos por el cambio.
Y vaya si cumplieron. Primero entendamos que es el Si, se puede. Es el grito de batalla de jubilados reaccionarios, jóvenes de facultad privada y un segmento de la clase media con secundario cumplido pero sin contenido alguno. Todos ellos en un alarido, lograron lo que no pudo la última dictadura militar: desorganizar la economía.
Si se puede y se pudo que los jubilados se olviden del 82 por ciento, paguen sus remedios y ganen cada vez menos. Si se puede y se pudo que el trabajador tenga un salario menor , en dólares, al paraguayo, ecuatoriano y solo arriba del venezolano. Si se puede y se pudo que más trabajadores entienden que su salario es un costo y paguen el impuesto a las ganancias. Si se puede y se pudo que la represión policial sea algo normal. Si se puede y se pudo acusar de corrupto a todo aquel con olor a peronista mientras la fuga de capitales era incesante, los negocios de amigos y parientes del presidente eran continuos al tiempo que una obesa diputada hablaba de la república, un actor hacía una marcha y todos juntos se victimizaban con los bolsillos llenos.
Si se puede y se pudo financiar periodistas tan famosos como escasos en sus conocimientos. Si se puede y se pudo concretar créditos hipotecarios para estafar a sus incautos votantes. Si se puede y se pudo prometer inflación muy baja, pobreza cero y crecimiento constante. Cristina terminó con una inflación del 25 por ciento, Macri entró en hiperinflación y a punto de declarar el default. El último dólar de Cristina valía 15 pesos, hoy llegó a los 60 y la pobreza cero prometida es del 40 por ciento, De la Rúa Terminó en 54 y los k en 23. Viste que se pudo.
Si se puede y se pudo quitarle derechos al trabajador, aumentar el desempleo al tiempo que la oligarquía concentraba más riqueza. Las minorías extendieron su distancia en dólares con las mayorías mientras observaban alegremente como el hambre se presentaba en sociedad.
Viste que se pudo cambiar un país y el logro es exclusivo de Cambiemos. El 9 de diciembre del 2015 una multitud despidió a Cristina sin micros ni sindicatos en el medio. La alegría comenzaba a convertirse en sospecha porque la ex presidente en su emotivo discurso dijo: “no vienen por mi, vienen por ustedes”. Y esto pasó, Macri se encargó de hacer realidad esa frase.
Cambiemos cambió todo y para mal. Hoy son Juntos por el Cambio porque un judas se sumó a la entrega, pero el peronismo es lo que es por la gente, por sus viejos, por sus pibes, por su folclore, por sus miles de militantes, por sus cientos de yeguas, que dieron una paliza cívica a los ladrones históricos de la república. Esa paliza se oficializará el 27 de octubre para que el 11 diciembre comience la reconstrucción del país. Será dura, quizás no nos guste al principio pero sabemos que la esperanza está intacta. Macri puede renunciar, o no, Peña huirá o no, la obesa seguirá delirando y Laura Alonso seguirá siendo ñoqui, lo cierto es que éstos sí que no vuelven más.
Si se puede y se pudo volver aunque ellos interpretaron que se podía saquear un país en nombre de la democracia. El gobierno amarillo terminó pero no está dicha la última palabra, Comodoro Py espera con los brazos abiertos a más de un falso republicano. El apellido Fernández retorna al gobierno, igual que la yegua, viste que se pudo.
