El 27 de octubre, día de elecciones parece una eternidad. Luego de la publicación de encuestas truchas pagas por el gobierno, el 11 de agosto los argentinos certificamos en la auténtica encuesta nacional que el pro recibió soberana paliza, sobre todo soberana.
Inmediatamente se produjo un desbande amarillo y la diputada obesa quedó a cargo de la mejor derrota de Macri en los últimos tiempos. Casi imposible de descontar los 16 puntos el peronismo con el duo Fernández-.Fernández se apresta a retornar al poder para colocar de pie un país destrozado por la derecha.
El 27 no llega más, es una eternidad y el FMI lo sabe. En su último viaje mantuvo charlas con los dos candidatos que pueden dirigir los destinos de la república a partir del 11 de diciembre del 2019.
Ellos como cualquier hijo de vecino saben que el ganador es el Alberto, por lo tanto el vacío de poder existente no hace falta desmentirlo. Como será que se le pidió a Alberto que apruebe el último desembolso del FMI y este se negó. Para la corporación Macri no tiene poder ni capacidad para manejar el momento.
Ningún miembro de la delegación foránea cayó en la trampa del 24. Esa marcha de jubilados agrietados no convencieron a los hombres de negocios. Como habrá sido de negativa que la diputada adicta y obesa supo faltar a la cita. Sí estuvo presente el futuro ex presidente que para ocupar el centro del balcón sacó de mala manera a su esposa. Un caballero.
Cristina sigue ocupando su tiempo entre Cuba, el libro y un juicio que terminará en anulación. Axel, ya ganador, sigue recorriendo la provincia. Alberto no se pierde reportaje alguno. Se aburre de dejar al descubierto a periodistas todavía oficialistas y la gente, festeja a cuenta.
Pero todavía el 27 no llegó y el temor existe. El temor que entreguen un país incendiado, sin una rupia en el Banco Central producto de sus internas, desmanejos y locuras de una diputada tripolar.
El día que se conmemora la muerte de Néstor, será el mismo de un nuevo triunfo peronista y con Cristina en la fórmula. No será un día triste pero si empezara el camino para poner de pie a un país totalmente desvastado.
El casi presidente responsabilizó a la sociedad Macri-FMI del desastre económico.”Todo empeoró desde la celebración del acuerdo”, dijo Alberto Fernández. Mientras tanto Mauricio se encuentra preocupado. Negocia su libertad en el extranjero, sabe que la justicia va por él. En la misma situación se encuentra Marcos Peña y una decena de funcionarios amarillos. Nada es para siempre y todo llega. Otra vez el peronismo es gobierno, otra vez la derecha chocó la calesita.
