CABA

Un proyecto para reparar la memoria

Señalado como conspirador civil de los militares que en 1955 bombardearon la Plaza de Mayo, el ex canciller radical Zavala Ortiz tiene una plazoleta con su nombre en el centro porteño. A 60 años de aquella masacre, una propuesta del FPV buscar rebautizar el lugar para rendir homenaje a las víctimas.

El 15 de junio de 2000, el entonces jefe de Gobierno porteño, el radical Enrique Olivera, bautizó a la plazoleta de avenida Leandro N. Alem, Ricardo Rojas y la calle Reconquista con el nombre de uno de sus correligionarios insignes: «Canciller Miguel Ángel Zavala Ortiz». El homenaje que sancionó la Legislatura fue para quien había sido ministro de Relaciones Exteriores en la presidencia de Arturo Illia. Entre otras cucardas, la UCR lo recuerda por su gestión ante la ONU para que se acepte la posición argentina en el reclamo por las Malvinas. Sin embargo, el diplomático y ex diputado que falleció en 1982 tiene otros antecedentes menos ilustres.

En 2009, una investigación histórica del Archivo Nacional de Memoria le atribuyó un rol destacado en la conspiración cívico-militar que en 1955 llevó a cabo el bombardeo a Plaza de Mayo. A 60 años de aquel ataque fratricida, la legisladora porteña Lorena Pokoik, del FPV, elaboró un proyecto de Ley con el fin de rebautizar el espacio verde ubicado en Alem y Rojas, para que pase a llamarse «Víctimas de los Bombardeos de Plaza de Mayo». En los argumentos de la iniciativa, presentada el viernes pasado, Pokoik señaló que «el accionar de Zavala Ortiz y el homenaje que significa poseer una plazoleta en su nombre, representan una grave afrenta a las familias de aquellos y aquellas que perdieran la vida en la Masacre».

El 16 de junio del ’55, en su intento por matar a Juan Domingo Perón, la Marina y la Fuerza Aérea lanzaron cerca de 100 bombas –entre 9 y 14 toneladas de trotyl– y masacraron a más de 300 personas, la mayoría civiles. El trabajo del Archivo no sólo sostuvo que Zavala Ortiz fue parte de los comandos civiles que conspiraron junto a los militares. En el plan fallido de los golpistas, el futuro canciller de Illia fungiría como miembro del «triunvirato civil» que iba a tomar el poder. Incluso, el dirigente radical integró la tripulación de uno de los aviones sublevados que escaparon cruzando el Río de La Plata. Así lo aseguró el entonces secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde, en el prólogo de la investigación. Duhalde también se refirió a la plazoleta que, «para vergüenza de los argentinos», lleva su nombre.

Junto al trabajo del Archivo, Pokoik citó al historiador Roberto Baschetti, quien, entrevistado por Tiempo, se había referido al rol cumplido por el dirigente radical. Baschetti afirmó que hasta había llegado a volar en una de las naves que lanzaron explosivos. «El único civil que tuvo el triste privilegio de participar en los aviones que bombardearon Plaza de Mayo y que luego de tirar su carga mortífera huyeron a Uruguay es Miguel Ángel Zavala Ortiz», sostuvo. «Fue un hombre que militaba en los sectores más reaccionarios de la UCR y que, obviamente, fue parte de la oposición al peronismo», describió el historiador. «Hay que recordar -relató Baschetti- que el de Perón fue un gobierno democrático que en su reelección, en 1951, había sacado el 62% de los votos. Era imposible que lo derrotaran en las urnas. Lo único que les quedaba era generar el terror y en ese contexto hay que ver los bombardeos».

Zavala Ortiz había sido uno de los organizadores de los grupos de comandos civiles que, entre otras funciones, iban a asistir por tierra a los infantes de Marina que debían terminar el copamiento de la Rosada luego del fuego aéreo. Problemas climáticos que demoraron el ataque hicieron que esos comandos no entraran en acción.
Junto a Adolfo Vicchi, del Partido Conservador, al abogado radical se le atribuye la coautoría de la proclama emitida por Radio Mitre al momento del ataque, donde se anunciaba: «Argentinos, escuchad este anuncio del cielo volcado por fin sobre la tierra argentina: El tirano ha muerto. Nuestra patria, desde hoy, es libre. Dios sea loado».
Tres meses después, Zavala Ortiz volvió a la Argentina y fue uno de los cuatro integrante por la UCR de la Junta Consultiva Nacional, un órgano promovido por la Revolución «Fusiladora» y conformado por partidos con afinidad al gobierno de facto, donde el almirante Isaac Rojas ejercía la presidencia.

Entre el ’63 y el ’66, como canciller de Illia, el dirigente jugó un papel clave para frustrar el primer intento de regreso de Perón. Se ocupó de las gestiones con la dictadura brasileña y la embajada de Estados Unidos en ese país para bloquear, el 2 de diciembre de 1964, el retorno del ex presidente, que fue detenido en el aeropuerto El Galeao y regresado a España.

«Los nombres de las calles y las plazas son parte de la definición de la identidad de una ciudad, no da lo mismo que lleven el nombre de un dictador o sea el homenaje a las víctimas de ese dictador», graficó Pokoik. «Como bloque del FPV -detalló- presentamos un proyecto que intenta reparar un error histórico, que fue un homenaje que en el 2000 la Legislatura hizo a Zavala Ortiz sin conocer los elementos que se investigaron recién en estos años. Por eso, nos parece un hecho de justicia, de reparación, cambiar el nombre». ««El bombardeo no fue al peronismo, fue al pueblo argentino.»

LA INICIATIVA

El proyecto 1445-D-2015 pide: «Denomínase ‘Víctimas de los Bombardeos de Plaza de Mayo’ a la plazoleta sita en la Avenida Leandro N. Alem, Reconquista y Ricardo Rojas».
Además, manda derogar la Ley N° 414, que le había dado su actual nombre.
La propuesta deberá debatirse en la Comisión de Cultura. Y antes de votarse en el recinto, habrá una audiencia pública.

FUENTE TIEMPO ARGENTINO

Mostrar más

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba