Opinión

El diez arranca el «conteo de protección».

 

Por  Margarita Pécora   –

El 10 de diciembre comienza el conteo de protección al  gobierno de  La Libertad Avanza. Desde ese día, ni bien  reciba la banda presidencial y  pronuncie su discurso, arranca para Javier Milei y su gabinete  la cuenta, minuto a minuto, de la gestión  sobre la base de lo que a la gente en definitivas más le interesa que es  poder alimentarse  sin más sacrificios de los que viene haciendo hasta ahora. Si hay plata o no hay en el Tesoro, esa será  cuestión  a resolver por el Presidente, para eso lo eligieron según  vienen diciendo muchos de los que conformaron ese 56 % que lo avaló en el poder.

Y  va a pasar como en el  boxeo.  Cuando el púgil cae  en el  ring, tiene derecho a un conteo de protección donde no habrá ni golpes ni acechos hasta que el  hombre indique que está listo para continuar. Pero si en ese  tiempo, que  depende de signos vitales,   no se ha recuperado, entonces  el árbitro  lo declara ¡Fuera de combate!

Esta figura retórica sirve para resaltar la similitud que puede existir a partir del 10 diciembre, cuando el pueblo argentino (el árbitro), decida sobre la calle (el ring) marcarle el tiempo a Javier Milei desde que comienza  oficialmente su mandato. Capaz le  den  de gracia hasta  un mes , para que resuelva ,en primer  lugar ,que la gente  pueda acceder   a los alimentos sin sufrimiento,  o tal vez  un mes  resulte  mucho tiempo ,  y  decidan darle un par de semanas  no más, porque el hambre  no espera,  y nadie puede   acompañar un programa de un nuevo gobernante ,  en estado  de inanición o con la panza vacía, dicho en buen criollo.  Si el nuevo presidente  no cumple  este requisito  excluyente y no garantiza  gobernabilidad,  literalmente podría ser declarado fuera de combate…

Un anticipo de lo caliente que pueden ponerse las calles, es la multitudinaria marcha que  realizan hoy el  Polo Obrero y otras organizaciones sociales  integrantes de la denominada   Unidad Piquetera   que protagonizan una manifestación al Ministerio de Desarrollo Social, y  al Ministerio de Economía,  en pleno centro porteño, para reclamar el pago de un aguinaldo de fin de año, que se garanticen alimentos para diciembre y un aumento de los programas sociales «equivalente a la inflación».

La diferencia está en  que,  aunque  el pase de factura se lo están haciendo  al gobierno actual de Alberto Fernández, Sergio Massa y  Tolosa  Paz, para  que liberan las partidas del presupuesto que le corresponde al Ministerio de Desarrollo Social», el reclamo  no  lleva por respuesta   la represión social.

Y es cierto que son reclamos pendientes  del  Gobierno nacional sobre  asuntos muy sensibles como la comida para fin de año, los refuerzos alimentarios para los comedores populares, las herramientas y materiales para dar continuidad al trabajo de las cooperativas autogestionadas y de los emprendimientos productivos que tienen las organizaciones, y habrá que ver la respuesta que reciben.

Por otra parte está el programa de gobierno de LLA, con el aviso  mediante  de la reducción notable del empleo público,  la privatización de la obra pública, el ajuste de subsidios, y   el temido ajuste  brutal  de precios  en todos los servicios  incluido el acceso a la canasta básica. Todo eso más la incertidumbre y los vaivenes  de la conformación del  equipo de gobierno,  tienen a Milei  en jaque. Por lo pronto, ya está suplicando al  Fondo Monetario que  vuelva  a prestar dinero a la Argentina;  lo cual significa más  endeudamiento si llegan,  a saber bajo qué condiciones esos   mil  300 millones de dólares extra que se están anunciando, y si pasan por la aprobación del Congreso.

Ya algunos  aliados  del  gobierno,  desde los laterales del ring   están pidiendo  a voces  apoyar al Presidente Milei.  La sociedad argentina  no se caracteriza por la crueldad,  si le dicen que espere, seguro lo  hace, pero todo tiene su límite;  le darán  al hombre sobre el ring    su tiempo para que resuelva lo que prometió,  pero  si  llegada la hora no  garantiza  lo esencial, lo que sabemos por la historia que se repite, es que  el verdadero árbitro que es el pueblo,  suele declarar fuera de combate al Presidente,  y pedir  que suba al ring otro que pueda  sin mentiras ni tapujos,  cumplir la palabra empeñada.

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