OTRA VEZ NO
Por Dany Wilde.
Las encuestas, todas, indican que el año que viene el ganador de la compulsa presidencial será alguien de un partido diferente al actual. Nadie, desde este espacio, justificará al presidente que no fue de apellido igual a la de la vicepresidenta. Pero alto compañero, eso no significa que haya que votar a Larreta o Macri y menos aún a la izquierda que vive de la derecha, cobra de la derecha con la bandera del “Che” en la mano.
Entonces, ¿Qué hacemos?, esperar, pues si el Frente se transforma la cosa puede cambiar. Si sumamos al PJ y nos sacamos de encima a los radicales y las organizaciones sociales, sumamos a los sindicatos los números pueden cambiar.
No se puede hacer nada con los integrantes, en otros tiempos, de la clase media hoy empobrecida: Una clase que siente orgullo cuando escucha a Mirtha, el Baby o al Jonathan.
Con la clase media no hay remedio. No sabemos si es media rica, media culta, si te mira medio mal, medio bien, no sabemos. Si sabemos que no le gustan los negritos, los pobres, los locos y los sabios. Si le agrada a veces Hitler, a veces el “Che”, pero también medio duda como todo lo atrae, a medias, quizás.
Analiza la mitad todos los hechos, porque sabe la mitad, conoce la mitad, logra la mitad de la información y duda de la mitad de lo que le dice el otro porque eso es ser clase media.
Siempre medio confundida sale a la calle a la mitad, con media cacerola, porque le importa a medias lo que le pasa a otro, como medio en las sombras cree entender que la usaron, se acordó medio tarde, y medio complicado en su razonamiento cree que lo utilizaron como un peón de un ajedrez que no llega a comprender, porque nunca la convierte en reina, así medio rabiosa, se lamenta, a medias de ser el medio del que comen otros, a quienes no alcanza a entender ni medio.
Así es la clase media, medio culta, medio agreta, medio comprometida con los medios que median entre su medio entender y su medio bolsillo. Si nadie media en el medio nunca será entera su felicidad. ¿No le parece?
