MATEMOS POR LA PAZ
Por Gabriel Princip.
La sociedad en general todavía no despertó. No entendió que la guerra es el negocio de unos pocos, los dueños el poder. Esos enamorados de la muerte. Necesitan excusas para saquear, robar y matar en nombre de la paz, la libertad y los derechos humanos.
La Argentina hoy se divide en aquellos que Putin les cae simpático por la vacuna Sputnik o porque es amigo de Cristina. Del otro lado, ese segmento que aplaude como foca todo aquello que sea americano, del primer mundo y gente como uno. ¿Quién tiene razón?, es la pregunta. Si hablamos de la paz y la libertad ninguno de los dos la tiene. Unos atacan a los nazis, pero los atacados proclaman a los cuatro vientos que sus atacantes son los nazis.
Segunda pregunta, ¿Quiénes son los nazis? Respuesta, ninguno o los dos, porque insisto el motivo de una guerra no es la ética sino la economía y para salir triunfante y obtener las riquezas se debe matar y robar.
Putin es atacado porque no piensa en los chicos ucranianos. ¿Alguien piensa en los pibes palestinos que son sometidos sistemáticamente por fuerzas israelíes apoyados por los dueños de la libertad? ¿Alguien tiene en su cabeza que los pibes cubanos hace 62 años que son pobres gracias al bloque económico que dictaminó los reyes de la libertad? Cuba también mató, pero no robo, porque esa rebelión, esas batallas si fueron por la libertad y luego nunca mas atacaron a otro país, todo lo contrario de la bandera de barras y estrellas.
Yo tengo en cuenta a los ucranianos, pero no olvidemos a los chicos latinos, a los originarios, a los venezolanos también bloqueados por esos que te hacen películas para ganar una guerra. ¿Se entiende que no podemos hablar de Mahatma Gandhi o Luther King si después apoyamos al enemigo de mi enemigo para hacerlo nuestro amigo? Menos aún estar de acuerdo con los dueños de la vida, o los que invierten fortunas para arruinar el planeta y sostener a pocas familias que necesitan encender su habano con un billete de cien dólares.
El peronismo siempre fue neutral y fue consecuente con una verdad absoluta, ‘ni yanquis ni marxistas, peronistas’ y determinó que no hay que cambiar de collar, sino dejar de ser perro. Con esto uno explica que no es un cobarde porque no apoya a Putin que nos cedió una vacuna, ni siquiera un mal agradecido, menos aún a los mentirosos del planeta que se adjudican triunfos que jamás obtuvieron en el campo de batalla.
Uno trata de explicar que si apoya una guerra es esa que tiene que ver con la independencia y no con la conquista ni el saqueo. San Martín y Belgrano también mataron, pero por liberarse del yugo opresor, en cambio los imperialistas lo hacen por el solo hecho de obedecer a las familias que controlan el mundo.
La guerra es entre dos bandos, el campo de batalla es Europa y los derrotados son aquellos humanos que no entienden para que trabajan toda una vida y ven como sus hijos mueren víctimas de un misil.
Pero no se preocupe, que uno no le saca el cuerpo a la respuesta y finaliza profetizando quién ganará. También quedará una duda en la mente de todos. El triunfador por toda la cuenta es el poder, traducido quise decir las familias que financian las guerras. Ellos, los Rothschild, Bush, Morgan, Rockefeller, Soros y demás utilizan bancos para el financiamiento bélico. Ellos venden armas a los dos bandos. Como siempre. Ellos ganan, la humanidad pierde.
La televisión nos meterá en la cabeza que ellos son más nazis que nosotros, menos blancos que aquellos, o mas lindos que los otros, lo que nunca harán los medios de comunicación es sacarnos de esta duda. ¿De que color es la piel de Dios? ¿No le parece?
