Opinión

Macron sufrió su Waterloo en las elecciones europeas y ahora…

 

Por  Margarita Pécora.   –

Emmanuel Macron, el político que a los 39 años se había convertido en el presidente más joven de Francia,  acaba de tener su Waterloo en las elecciones del Parlamento europeo donde fue derrotado su partido.  Por ese motivo  el mandatario galo, anunció  la disolución de la Asamblea Nacional. Este revés es reflejado por medios internacionales de prensa, como un terremoto ultraderechista, donde  ubican a Marian Le Pen, arrasadora, y  provocando la estrepitosa caída de Macron.

Le Pen, ahora es la  favorita para las elecciones de 2027 en las que Macron no puede presentarse.  Ella se mostró  exultante en un mitin el pasado domingo, donde dijo que está dispuesta a tomar el poder si los franceses les dan su confianza en las próximas elecciones nacionales».

El ultimátum para Macron ya está escrito, pero el  hombre parece no rendirse y ahora sale con la  sorprendente decisión de disolver el Parlamento,  algo que es considerado como  una arriesgada ‘tirada de dados’ sobre su futuro político, tres años antes de que termine su presidencia.

Lo cierto es que el francesito se  está jugando ahí el todo por el todo, porque si  el partido de Le Pen, Agrupación Nacional, obtiene la mayoría parlamentaria, Macron se quedaría sin capacidad de influir en la política nacional; algo que ya de hecho se viene erosionando por el nefasto papel que el hombre de Paris  está teniendo en el  plano internacional frente a la guerra ruso ucraniana, desatendiendo problemas  internos  que le viene reclamando el pueblo francés.

Recordemos las protestas de 2023  por su obstinada  reforma de las pensiones  para aumentar la edad de jubilación de 62 a 64 años. La decisión de implementar esa impopular reforma sin votación en el Parlamento  provocó una ola de  manifestaciones en toda Francia que debilitó  seriamente  al Presidente y se ha agravado  en los últimos  meses con el descontento con la inmigración, la delincuencia, la  crisis de inflación de dos años y  un aumento de la violencia en las calles. Todo ese combo letal, lo  aprovecha  Le Pen para  frotarse las manos,  mientras espera entre bastidores, poder catapultar a Macron del cargo antes de que termine oficialmente el mandato.

 

Todo  esto sucede  en medio de un clima enormemente tenso de confrontación  bélica,   donde   Macron,  descuidando  los problemas internos  de su país,   ha decidido  involucrarse en el  conflicto  ruso ucraniano, desoyendo las graves advertencias de Moscú  de convertir en  blanco de sus armas, a todo  el que   envíe  arsenal  a través dela OTAN  para Kiev  y  ataquen de ese modo  al territorio ruso.

Es decir  de mensajero de la paz recorriendo escenarios internacionales, mostrándose como promotor de la refundación histórica de Europa,  Macron pegó un giro de 180 grados  convirtiéndose en un atizador de  la guerra.

Siguiendo los designios de la   Alianza Atlántica,  y con ínfulas  napoleónicas, el presidente francés  ha  ignorado  las  graves advertencias que ponen en peligro la seguridad de su  pueblo,  al punto de anunciar que entregará a Ucrania varios aviones de combate Mirage 2000-5 y entrenará a un total de 4.500 soldados ucranianos, a través de un programa que comenzará este verano y que se prevé que dure alrededor de seis meses.

París  se ha convertido de este modo, en la más comprometida con el envío de instructores militares franceses a suelo ucraniano para que emprendan operaciones de entrenamiento dentro de las inexpertas filas  que  impulsan la contraofensiva  rusa en el Donbás. Y esto dice  a las claras, que ya  Macron cruzó la línea roja.

Todo este  peligroso paso al vacío, lo está dando el mandatario galo justo  cuando faltan  menos de dos meses para que París se convierta en  anfitrión de los Juegos Olímpicos lo que  incrementa  la  inseguridad  para participantes y asistentes a esa magna cita deportiva.

Ahora, ante la encrucijada  política  que  sufre,  Macron convoca  a  elecciones a la cámara baja para el 30 de junio, con una segunda vuelta el 7 de julio, creyendo  que  ‘este es un momento esencial para aclarar las cosas y que Francia necesita una mayoría clara para actuar con serenidad y armonía’. Sin embargo, el  horizonte para  el inquilino del Palacio del Elíseo,  ya  se ve salpicado de nubes oscuras, que huelen a pólvora y a un Waterloo cantado.

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