Opinión

LA NUEVA OLA

Por Rodrigo Marcogliese.

Tenemos Massas hasta en la sopa. Porque está lleno de vivos y porque no hay días sin notas del supuesto Presidente “bis”.

Pareciera que es todo ganancia para el ex intendente tigrense que tiene, quizá por un corto plazo, los mismos intereses que el pueblo. Entiendo la sorpresa que le generan esas palabras, pero el interés es el mismo, lo que cambian son las formas.

El país pide estabilidad, Massa sabe que el único boleto para ser candidato el año que viene es lograrlo pero… ¿A qué costo?

Seguramente uno al que no está dispuesto a pagar quién esté escuche.

Es entonces, el momento de presentar la incógnita de esta editorial. ¿Qué hicimos para merecer esto?

De volver mejores a pedirle dulzura al verdugo.

Hay que ir bien atrás en el tiempo, bueno, no tanto. Digamos que en los comienzos del peronismo, primero en los llamados fortines, y luego Unidades Básicas se llevó adelante el asistencialismo necesario para contar con un Estado presente y los días más felices.

Luego, vino la intelectualidad. Comenzaron las básicas plagadas de libros. Un diputado que hoy ocupa un ministerio en el Gobierno de Santa Fe dijo en Comunas que cuando era chico le preguntaron qué quería hacer cuando fuera grande. El respondió: periodista, y los peronistas viejos le dijeron la cantidad de libros que debía leer. Eran parte de la vida social y de formación.

Pero luego sobrevino la dictadura. Un compañero que vivió en el exilio en esos años comentaba que a su vuelta vivió una de las mayores depresiones de su vida. De por sí sabía que no iba a encontrarse con tantos muertos-desaparecidos que conocía, pero peor aún, lo sorprendió una tarde en lo de su tía cuando le quiso hacer una torta catalana y le faltaban huevos para su preparación. La tía le dijo que vaya a comprarlos, a lo que respondió que por “tres huevos locos” iba a la medianera y se los pedía a la vecina. Su tía le explicó que eso ya no pasaba y que nadie le pedía nada a nadie, ni a la vecina que conocían de toda la vida porque no sabían si su hijo, o su cuñado, podía andar en algo raro.

Que otra vecina hace unos años en la verdulería le había dicho que habían entrado a la casa de Omar, el ferretero de años en el barrio, y se llevaron a su hijo porque debía andar en algo raro… “ya lo van a devolver”, decían.

La dictadura, además de lo que hizo en economía, de la entrega soberana e inclusive de los asesinatos que cometió quebró psicológicamente al pueblo y sembró una desconfianza el otro que 50 años después nos sigue atravesando.

50 años, justo los que tiene Massa. La gran incógnita es ¿Cómo se formó?

Veníamos haciendo una descripción de las Unidades Básicas, luego de la dictadura, mucha información se ocultó por miedo o como dijo Claudio Diaz cuando escribió irónicamente el “Manual del Antiperonismo Ilustrado” también se ocultó por amor. Muchos padres sintieron que era un gesto de protección no transmitir lo que sabían a sus hijos para que no sean perseguidos.

Las básicas volvieron a resurgir con fuerza con el kirchnerismo, otra vez el Estado presente llevando el ANSES, el RENAPER, para sacar el DNI, constancias, etc. Pero hubo un error, no se cumplió con lo que dijera el general en el 73´: “no sea ni sectario, ni excluyente”.

Hoy muchas funcionan en locales que alguna vez fueron carnicerías y brindan apoyo escolar.

Sergio Tomas Massa es por primera vez un hombre fuerte, de decisión ejecutiva que fue formado con básicas vaciadas de contenido. ¿Cuándo comenzó a hacer política? ¿En los 90´? Qué otra cosa que neoliberal podría ser.

Esta es una editorial para pensar a futuro, ¿Qué nos queda? Si será que los dirigentes de hoy son el espejo de la formación que tuvieron ayer.

Hoy la política paga el peso del desplome. ¿Cómo ahora la rebeldía no va a ser de derecha?

Al menos propongamos un espacio, ya sea en una básica, en la radio, en facebook, en donde sea, para que tengamos el futuro que soñamos. El que nos merecemos. Para nosotros, nuestros hermanos, hijos, y nietos.

Porque más allá de si el campo liquida, o si entran dólares, estamos convencidos que existe la salida. Porque los días más felices fueron, son y serán peronistas.

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