Haití caótico.

Por Margarita Pécora B .
Lo peor que le puede ocurrir a un país que ya sufre la tragedia sanitaria de la pandemia ungida en una escalofriante pobreza y amenaza de hambruna, es tratar de ocultar tras un carnaval, la tensa crisis política que la sacude y que ahora desemboca en caos social.
Eso ocurre en Haití tras la denuncia que hizo el pasado domingo el presidente Jovenel Moïse de que es víctima de un golpe de Estado en su contra, pese a lo cual mantiene la intención de continuar en el cargo hasta 2022.
Agencias que siguen paso a paso los acontecimientos, informan que Moise, de 52 años habló en el aeropuerto de Puerto Príncipe la capital haitiana, antes de viajar a Jacmel donde se celebran carnavales que ahora sirven de cortina de humo a la tensa crisis.
La captura de una imagen fotográfica en Puerto Príncipe, la capital haitiana, donde se ve a una persona correr desesperada entre el humo y la confusión, palidece ante la realidad de lo que vive hoy el pequeño país caribeño del cual nunca llegan noticias positivas, sino de catástrofes naturales como terremotos que cobran miles de vidas, a los que se suman los desastres sociopolíticos.El panorama se complica con la detención de una veintena de personas. Hubo paralización de actividades en calles que estuvieron vacías durante todo el fin de semana,: el transporte no funcionaba y la situación era atemorizante.
Se cree que la reacción de Moïse fue la respuesta a varias semanas de manifestaciones violentas en distintas ciudades del país para pedir su renuncia bajo el argumento de que este fin de semana terminó su mandato.
Según Resumen Latinoamericano, “la oposición nombró un presidente interino y Moise jubiló a varios jueces en medio de un clima de protestas y represión. Además la oposición haitiana desafió el lunes la autoridad del presidente, al declarar el fin de su mandato y nombrar a un “presidente interino”. Se trata del magistrado Joseph Mécene Jean Louis, quien es decano de la Corte de Casación. Horas después el primer mandatario haitiano ordenaba la jubilación de Jean Louis…
Esto nos da la dimensión de la fuerte pulseada que existe y el enorme rechazo popular hacia el mandatario. Sin embargo hay detalles que levantan sospechas: Nunca se había visto en Haití tantas armas en manos de algunos grupos de la población como ahora. Ello da cierta lógica al presupuesto de una residente española en Haití, quien sostiene que, “la comunidad internacional apoya a Moïse porque su caída podría significar la desestabilización en una zona geopolíticamente importante del Caribe”.
Baste decir que desde las montañas del oriente cubano se divisan en noches claras, las luces de Haití, ello prueba la enorme cercanía geográfica con la Mayor de las Antillas, distante a su vez, 90 millas de las costas de la Florida. Haití es en un punto importante para Estados Unidos por el tráfico de drogas y la emigración. Según la residente española Olga Regueira, “en Haití siempre ha habido “inestabilidad, pero nunca tantas armas distribuidas entre la población como ahora.
Se dice que el principal apoyo de Moïse proviene de la comunidad internacional, principalmente de Estados Unidos. “
“Después de una gestión muy cercana a Donald Trump, el mandatario de 52 años, hijo de un comerciante y una costurera de origen pobre, ha logrado el respaldo de la nueva Administración de Joe Biden cuyo equipo defendió que su gestión terminará hasta 2022. A este apoyo se ha sumado el Core Group, el grupo de países entre los que están Estados Unidos, Canadá, Francia, España o Alemania. No obstante, en diciembre, el Core Group se sumó a Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos (OEA) al criticar el giro autoritario de los últimos decretos de Moïse que sirvieron para crear una agencia de inteligencia y tipificar como “terrorismo” los actos de vandalismo”.



