En la antigua Grecia, idiota era la persona que no quería involucrarse en la cosa pública. En pleno siglo 21 la acepción de este término cambió y no hace falta explicarlo. Pero el concepto nos viene a la mente cuando escuchamos a un ex presidente decir que “el verdadero virus es el populismo y no el coronavirus”. También recordamos a ese ex presidente cuando observamos a Alberto Fernández explicar, en cadena, las consecuencias del virus en la Argentina y la comparación con otros países.
Pero dejemos al Capitán Beto. Y lo dejamos porque un 90 por ciento adhiere a sus ideas, porque cuando habla por cadena tiene un 56 por ciento de rating y porque solo los miserables critican su postura en esta época.
A quien no dejamos es al hijo de Franco. Mauricio está en cuarentena laboral desde el día que nació. Ese vago de clase alta fue presidente. Ese planero de la oligarquía lo votó un cuarenta por ciento de gente. Ese 40 ciento le encantó que haya degradado el ministerio de salud, que escondiera las vacunas y que empobreciera a las mayorías. Ese 40 por ciento viajó en plena pandemia tomándole el pelo al virus y al gobierno. Hoy se pone de rodillas para que los rescaten. Ese cuarenta por ciento votó a un idiota que dijo que el populismo es un virus y no el coronavirus. Ese idiota recomendó a Alberto no desatender la economía.
Macri hablando de economía es como que yo recomiende tomar clases en arameo. Pero el idiota es así, dice y hace cualquier cosa con tal de llamar la atención. Debemos recordar al 40 por ciento y al idiota que sus líderes preferidos están pidiendo al mundo bajarse en la esquina. Su amigo Bolsonaro perdió el poder y la brújula. Multiplica por diez la cantidad de muertos con respecto a la Argentina, por ahora. El inglés Johnson ya perdió la cuenta de muertos porque estuvo en terapia intensiva. Todavía no se curó. Quizás aprenda que el libre mercado lo llevó a una cama de hospital, quizás entienda que el populismo no es un virus. De Trump ni hablar. Mientras el capitán Beto ordenaba la cuarentena, el idiota que habla en inglés decía “es un virusito”. El 7 de marzo, España tenía 10 muertos, Argentina uno y Estados Unidos 0. Hoy Argentina llegó al centenar, España es una lágrima y Estados Unidos calcula 200 mil fallecidos como un logro y las fosas comunes ya se han impuesto en el recuerdo yanqui.
Tuvimos un presidente que nos dijo que pasaban cosas, que tuvimos tormentas y que el populismo es un virus, un idiota. Hoy tenemos un presidente que nos protege de un virus donde los idiotas han llevado a la muerte a miles y miles de personas. Y los que han quedado vivos ya sufren el despido masivo. Privilegiaron la economía a la salud, y se quedaron sin economía y las calles llenas de muertos. Unos idiotas.
