El ajuste brutal decretado por la derecha hace estragos en la población. Las promesas electorales se han transformado en burdas mentiras y éstas, en la baja de expectativas que va empujando al pueblo a la desazón, la tristeza y la muerte.
La gestión Macri devalúo el peso un 152 por ciento. La inflación, que se iba a resolver fácilmente, promete llegar al 50 por ciento creyendo, hace meses, que el 15 era el número certero.
El dólar que comenzó este año en 18 llegó a los 40 y partió de 9 en los finales del 2015. El trabajador perdió un salario y medio con respecto al 2015. El remedio más vendido en las farmacias es el antidepresivo. Las consultas más solicitadas con los psicólogos son por stress económico. El índice de suicidios subió un 60 por ciento con respecto al 2015. En ese año, el país estaba desendeudado, hoy la deuda emitida es de un 97, 1 por ciento en dólares, segunda viene Arabia y tercera Indonesia. Mientras la Argentina devalúo un 152 por ciento, Brasil hizo lo propio con 20 por ciento. Pasamos el 20 por ciento de inflación y anualizada se prevé un piso de 42 mientras que Brasil, hasta ahora se quedó en el 2 por ciento.
Los jubilados siguen perdiendo plata, el aumento de la desocupación es incesante y la grieta se amplía en forma cotidiana. La tristeza y el enojo van de la mano, ambas van empujando al reclamo y éste a la pelea entre miembros de la misma clase. La clase media observa en la clase baja su origen y también su vuelta.
A estos datos duros se le agrega una inflación del 70 por ciento en los alimentos, 100 por ciento en el valor de los inmuebles que también han caído en las ventas. Los alquileres de tres ambientes son reemplazados por las pensiones o la vuelta a la casa de los padres.
No existe un solo dato favorable en la vida de los argentinos. La buena noticia se ha exiliado. Solo queda la esperanza de un recambio constitucional en los finales del año que año, porque votar vamos a votar en esta democracia fraudulenta. Votaremos por alguien que represente la oposición a este ajuste. Pero al oficialismo le queda la alternativa de la trampa, de la mentira y ese ejército de trolls que complica diariamente la vida de los argentinos. Hoy la derecha se cargo de un gobierno entreguista y ajustador que le otorga funcionamiento a esta democracia genocida.
Otro calificativo no merece, este sistema de gobierno horizontal dejó de representar a las mayorías hace tres años y hoy solo representa a la muerte en sus más variados formatos, jubilados, trabajadores, niños, hombres y mujeres, ellos son los que entregan los derechos y la vida a las garras de la pobreza para que una elite no pierda sus privilegios.
