Aniversario: El recuerdo de Perón y Evita
El 1 de julio de 1974 pasaba a la inmortalidad el general Juan Domingo Perón. El 1 de julio de 1987, las manos del general eran seccionadas y robadas en una operación de inteligencia nunca aclarada. Todo un símbolo, una señal. El presidente que siempre recomendó no acordar con el FMI, el mismo que a la militancia dijo “antes de endeudar a mi país me corto las manos”, fue mutilado por sicarios del odio oligarca.
El 26 de julio de 1952 María Eva Duarte de Perón subía al Comando Celestial. Sólo 33 años de su existencia bastaron para que su nombre trascendiera en la historia y quedara grabado en el corazón de las mayorías. Días antes de esa trágica fecha se podía leer en paredes acomodadas, porteñas y oligarcas “viva el cáncer”. Otra vez el odio de una élite se visibilizaba para descalificar a quien luchó por los que menos tienen, la misma que dijo alguna vez “donde hay una necesidad, hay un derecho”.
Julio de 2018, todos recordamos a Perón y Evita. La oligarquía no olvida a los responsables de la justicia social, soberanía política e independencia económica. Ese recuerdo es con el odio de siempre y con una alegría que disfrutan al ver el sufrimiento de las mayorías. El dolor que hoy vive la Argentina no hace mella en el anti-peronismo ubicado en el gabinete nacional, tampoco en la justicia menos aún en parte del legislativo pero si hace lagrimear a miles de trabajadores, niños y jubilados que esperan encontrar en un futuro gobierno nacional el retorno a las fuentes , el volver a Evita y Perón.
