Con la mayoría de las tomas de colegios suspendidas, los estudiantes secundarios se manifestaron frente al Ministerio de Educación porteño donde entregaron un petitorio exigiendo la prórroga de la aplicación de la “Escuela del Futuro”, y que el año próximo se cree un Congreso Pedagógico donde alumnos, padres, docentes, directivos y autoridades debatan la reforma. Piden una prórroga para que la medida sea consultada con toda la comunidad educativa.
Por Mariana Mei.
La “Secundaria del Futuro” que propone modificaciones en las formas de enseñanza y prácticas educativas en empresas, ONG’s o instituciones públicas para alumnos del último año, entre otros cambios, comenzaría a implementarse en 2018 en unas 23 escuelas y avanzaría por etapas hasta alcanzar los 140 establecimientos de educación media de la ciudad. La semana pasada, la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, sostuvo una reunión con representantes de los distintos centros de estudiantes que protagonizan las tomas e invitó a los jóvenes a reunirse esta semana en grupos más reducidos y “por regiones”.
Los estudiantes que mantienen tomados 29 colegios secundarios públicos y universitarios desde el pasado 29 de agosto informaron que continuarán con las tomas contra la reforma de la escuela media que impulsa el gobierno porteño. Todos se manifestaron absolutamente insatisfechos con las conclusiones de la reunión con la ministra Soledad Acuña que se realizó el miércoles en la Defensoría de la Ciudad. Otros colegios definirán en asambleas si se suman a las ocupaciones. Los jóvenes denunciaron que “no se respetó la lista de oradores, la ministra en un momento se fue, no están las actas firmadas”…
La propuesta de los estudiantes es acordar una prórroga que permita convocar a un congreso educativo en 2018 para debatir la reforma entre pedagogos, maestros, expertos educativos, representantes de los alumnos y autoridades del área de Educación del gobierno de la ciudad de Buenos Aires.
Se suma al reclamo el sindicato Ademys, que opina en términos similares a los alumnos. “Este plan viene a degradar la escuela pública. Es parte de una reforma que pretende reorientar el perfil de docente y de alumno/a, flexibilizando las condiciones de trabajo y estudio según la demanda del mercado actual: formando para el empleo precario, para la rotación en trabajos efímeros e informales, para la “incertidumbre” de quien no posee derechos laborales”, afirma en un comunicado.
“Por su carácter inconsulto, el desconocimiento del modo de aplicación y las características de fondo de la reforma, no están dadas las condiciones para que empiece a aplicarse”, dijo a Télam Santiago Legato, presidente del centro de estudiantes del colegio Nicolás Avellaneda, durante una conferencia de prensa. “Entendemos que la educación está en crisis y que no se puede seguir improvisando, así que pedimos una prórroga de esta reforma hasta que pueda ser discutida entre todos los actores de la comunidad educativa”, indicó Legato.