Por Gabriel Princip
Nos ocupamos invariablemente del pensamiento nacional. Investigamos y razonamos la actualidad con el revisionismo histórico como punta de lanza para el análisis político. Hacemos base en el territorio, los símbolos patrios y un modelo nacional. La vida pasa por estas ideas que son marginadas del diccionario mediático.
Se hace difícil, sobre todo en el ejido porteño, razonar a partir de una idea propia, nacional. Sin ir más lejos, recorriendo los barrios, chocamos con Palermo y Belgrano, quizás los más cipayos del distrito.
El lugar donde fijó residencia alguna vez Juan Manuel de Rosas, hoy se divide en pequeños territorios. Palermo Hollywood, llamado así por la cantidad de productoras cinematográficas que se extienden en ese pequeño lugar del cipayo barrio. Es cierto que hay productoras, canales de televisión pero a nadie se le ocurrió denominarlo Palermo San Miguel, Palermo Aries, Palermo Chango o Palermo Argentina Sono Film, se llama Palermo Hollywood. También existe Palermo Soho, y no es por la soja, sino porque en Londres y en Nueva York existen barrios Soho.
Si dejamos el territorio observamos los carteles, anuncios, publicidades y encontramos al pensamiento nacional herido de muerte. Si algo se vende leemos for sale. En los bares la moda es el after office, o sea, después del laburo. Si venden ropa berreta o usada es out let. Mientras caminamos por esas callecitas que tienen un no sé qué, veremos a chicos con celulares capturando pokemones cerca de cualquier lado y averiguando cual es la diversión. Mientras los ingenuos y pequeños cipayos buscan pokemones, el 80 por ciento de la población no se concentra en el caminar pues tiene enchufado en el oído música berreta y foránea.
A todo esto Belgrano es similar, no encontramos Belgrano Hollywood pero si existe China Town, o sea el barrio chino, pero se le dice en inglés porque en el país del norte también se llama China Town.
La diferencia entre Belgrano y Palermo quizás sean las calles. Cuando en Belgrano predominan los gorilas y virreyes con sus apellidos, en Palermo Hollywood, Soho y demás están rodeados por las calles Costa Rica, Nicaragua, Paraguay, El Salvador, o sea, tilingos los que viven ahí además de sudacas.
Casi toda la Capital Federal es un ataque al pensamiento nacional, este último termina siendo una cuestión exótica. Pero lo realmente tilingo en los últimos tiempos y cierro, es la moda que se instaló en los militantes de clase media jugar a la mancha congelada o a la estatua y decir hagamos un maneken challenge. En una palabra, una gilada y en inglés, o sea un ataque de tilinguería a la décima potencia.
