Opinión

La otra semana de Mayo

Por Raúl Egitto - Historiador

18 DE MAYO:
El gobierno colonial promueve el contrabando. Empapelan la ciudad con la frase del virrey: «El que fuga y evade es un héroe. El que paga impuestos es un gil». Decreta que se puede importar alimentos sin control estatal.

19 DE MAYO:

Las autoridades coloniales publican rumores falsos y difunden mentiras para conservar el poder. Aconsejan a la población gastar los dólares del colchón. La idea es convertir a la Patria en un paraíso fiscal. Se lo denomina Plan de Reparación Histórica de los Ahorros de los Argentinos.

20 DE MAYO:

Se eliminan impuestos a los productos importados: un golpe mortal a la industria nacional, especialmente a la región de Tierra del Fuego. La Cámara de Comercio de los EE. UU. exige al gobierno una reforma laboral y previsional. El gobierno celebra el apoyo de EE. UU. al plan, que está diseñado para que el Estado abandone a su suerte a los más necesitados. Se imprimen pasquines ilustrados la imagen del virrey con una motosierra y una horca.

21 DE MAYO:
Un día intenso. Se imprimen las invitaciones al Congreso. Se invita a los hombres de bien. Se suprime el Instituto Nacional Belgraniano y se degrada la figura de San Martín.

22 DE MAYO:

Cabildo abierto en el Congreso. El gobierno extorsiona a gobernadores para que no den quorum en apoyo al aumento a los jubilados y la moratoria provisional. Algunos diputados, para justificar su ausencia, argumentan que se atascaron las carretas.

En las afueras del Congreso, las fuerzas de choque del virrey reprimen a mansalva a los jubilados y les pisan la cabeza a los periodistas.

Suprimen por decreto el derecho a la huelga y la paritaria nacional para los maestros.

Devalúan la Secretaría de Derechos Humanos, les quita recursos para que no se investiguen las atrocidades cometidas por los españoles hacia los pueblos originarios.

El día culmina con un aumento del boleto de los transportes. Viajar será más caro.

A última hora, el virrey anuncia que Zamba, en el nuevo PakaPaka, va a tener otro perfil. Va a fomentar la especulación financiera, va a afirmar que el Estado es una organización criminal, e insultar a todo el que piense distinto. Va a proclamar que las Malvinas son inglesas.

Van a privatizar el acceso a la Pirámide de Mayo.

Por último, el virrey, haciendo ostentación de su poder, restringe el acceso de los periodistas a la fortaleza, y suprime el derecho a preguntar.

Ningún periodista grita «Queremos preguntar, queremos preguntar».

Solo autorizarán preguntas si se puede editar la información a la hora de comunicarla a la plebe.

El gobierno incita al pueblo a odiar a los periodistas.

23 DE MAYO:

El virrey desfinancia el Banco Nacional de Datos Genéticos y pone en peligro el derecho a la identidad.

El virrey sale al balcón y saluda a una plaza vacía.

El virrey acusa a los revolucionarios de terroristas, y los periódicos los difaman una y otra vez. Dice: «Revolucionarios hijos de puta, los vamos a ir a buscar hasta el último rincón del planeta». Pega afiches en la ciudad con la frase «Para cada necesidad habrá un mercado».

24 DE MAYO:

El virrey hace trampa y manda a todos los opositores a comprarse un container de vaselina. Dice que los va a mear a todos.

25 DE MAYO:

Una movilización enorme del pueblo exige la renuncia del virrey. Millones de trabajadores, estudiantes y profesionales impulsan su juicio político. El virrey se saca y los trata de imbéciles y mogólicos.

Los sectores populares están en la plaza. Llueve. Nadie puede comprar pan, ni carne, ni leche. Los precios son exorbitantes y, aunque los medios aconsejan comer pan duro, la plaza se va llenando. Ya nadie dice que «al virrey hay que darle tiempo».

El hechizo del virrey se ha roto.

Continuará

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