Comunas AM

ALDO DUZDEVICH: El enigma vigente sobre el asesinato del Padre Mugica.

Por Gabriel Russo  –

A cincuenta y un  años del crimen del sacerdote peronista, Carlos Mugica,   también reconocido como el primer cura  villero de la Argentina, convocamos al periodista y escritor  Aldo Duzdevich, para un repaso de  las circunstancias de una muerte impactante  y envuelta  aún en  el enigma.  El 11 de mayo de 1974, Mugica fue acribillado a la salida de una iglesia de Villa Luro. En los meses previos había recibido fuertes amenazas. ¿Lo mató Montoneros, como dice la versión oficial,  o la Triple A? Duzdevich fundamenta su punto de vista. “No creo en la versión oficial y acepto no saber exactamente de qué lado venían las balas”

Aldo Duzdevich  fue  militante de Montoneros, pero se separó de la organización para fundar la Juventud Peronista Lealtad (JP Lealtad), un grupo que rechazó la confrontación con Juan Domingo Perón. Entre los libros de Duzdevich destaca “La Lealtad: los Montoneros que se quedaron con Perón (2015).

Dudas sobre el asesinato de Carlos Mugica

-El crimen del padre Mugica sigue envuelto en interrogantes. Oficialmente, se atribuye a la Triple A, pero dentro del peronismo han circulado otras versiones. Una fuente calificada sostiene que el verdadero responsable fue Roberto Quieto, desaparecido en 1995, quien habría estado en Uruguay. Sin embargo, estas son versiones periodísticas.

«Quieto fue secuestrado en diciembre del 75 y supuestamente está desaparecido. No hay ningún dato que indique que pueda estar con vida. Me hago cargo de lo que digo y doy fe de ello. De eso no sé nada. Con respecto al asesinato del Padre Carlos, acepto no saber exactamente de qué lado venían las balas. No tengo una conclusión definitiva. No creo en la versión oficial», sostiene Duzdevich.

“Después de años de investigación y múltiples testimonios, aún no se han encontrado elementos que resuelvan la cuestión. Testigos han señalado que no fueron balas de la Triple A, sino montoneras, pero la falta de pruebas definitivas mantiene el misterio.

“Uno de los aspectos nunca esclarecidos es el comunicado de la Columna 1° de Mayo de Montoneros, una fracción disidente de la organización. Este grupo, que se escindió, asumió públicamente la ejecución de Mugica, acusándolo de traidor y de estar al servicio de la burguesía.

El distanciamiento de Mugica con Montoneros

“Aunque Mugica nunca perteneció a Montoneros, tuvo un vínculo cercano en sus inicios con Mario Firmenich y el grupo del Colegio Nacional Buenos Aires, que dio origen a la organización. Sin embargo, a fines de 1972, cuando surgió la posibilidad del retorno del peronismo al gobierno, Mugica comenzó a tomar distancia.

“Con la asunción de Cámpora y, más aún tras el asesinato de José Ignacio Rucci, Mugica se convirtió en un crítico feroz de Montoneros. En ese momento se produjo una fractura dentro de la organización, de la cual  fui  parte con JP Lealtad.- afirma Duzdevich- “Un sector importante de la organización, aproximadamente el 40 % de los cuadros históricos, se apartó y rechazó la continuidad de la lucha armada.

“Mugica apoyaba a JP Lealtad y escribía en medios como La Opinión y Mayoría. Aunque no era miembro, respaldaba públicamente la fractura, condenando la actitud de Montoneros. Esto lo convirtió en un blanco para la organización, que decretó la muerte de quienes desertaran.

La versión oficial señala que el asesino fue el agente de la Triple A, Rodolfo Almirón, un personaje vinculado al Ministerio de Bienestar Social. Sin embargo, Duzdevich cuestiona esta hipótesis:

“Almirón era un hombre público y aparecía en fotos y actos políticos de la época. «Si supuestamente era parte de una organización clandestina, no tendría sentido que él mismo ejecutara el asesinato en una iglesia, donde era conocido por Mugica», razona Duzdevich.

Además, los sicarios de la Triple A solían operar en grupo, como se vio en el asesinato de Rodolfo Ortega Peña en julio de 1974. Mugica, en cambio, fue atacado por un solo individuo, lo que no encaja con los patrones de la organización.

Por otro lado, los testimonios recogidos aquella noche describen al agresor con bigote achinado, mientras que Almirón usaba bigote candado, una diferencia notable. Ricardo Capelli, amigo de Mugica, primero dijo que no vio nada y años después, en 2013, identificó a Almirón ante el juez Norberto Oyarbide, lo que generó dudas sobre la veracidad de su declaración.

Reflexión sobre la violencia política

Duzdevich también pone en cuestión las acciones de Montoneros tras el asesinato de José Ignacio Rucci y la serie de desapariciones que ocurrieron posteriormente. “A lo largo del tiempo, han surgido especulaciones sobre si hubo más muertes ordenadas por la organización”.

Sobre la dictadura, afirma: «El terrorismo de Estado existió, los militares fueron unos cobardes. En honor militar, deberían haber sido fusilados los que violaron mujeres. No merecen el perdón de nadie. Pero tampoco hemos contado toda la verdad sobre los excesos cometidos por la guerrilla»; de este modo Duzdevich reconoce la diferencia entre delitos de lesa humanidad, amparados por el Estado, y los crímenes cometidos por Montoneros, y segura: “hay una parte de la historia que aún no se ha contado con objetividad”.

«Necesitamos un espacio para poner sobre la mesa estas cuestiones. No para justificar la violencia, sino para comprender el contexto de la época y las decisiones que se tomaron», concluye Duzdevich.

Mostrar más

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba