Opinión

EL PERONISMO ESTÁ SIEMPRE VIVO

Por Gabriel Princip.

Pasaron las elecciones y a pesar de que la derecha ser relamía con un triunfo por escándalo, no pudo ser. Otra vez será. Por ahora el peronismo sigue más vivo que nunca a pesar de las declaraciones de bandoleros y traidores.

José Luis Espert, dueño de un dudoso radicalismo afirmó: “Perón está muerto hace casi medio siglo, olvídate de Perón, el peronismo está muerto”. Siguiendo está línea no habría un solo cristiano más, ya que Cristo fue crucificado.

Javier Milei calificó a Alberto Fernández de ‘cadáver político’. “Está más que muerto al igual que el peronismo”. Otro gran sabedor de la nada. Otro redactor de la estupidez ilustrada. Habrá que decirle a este muchacho que su grupo político son dos diputados, o sea la nada misma. Y a pesar que pretenda desaparecer la obra peronista debería dar el ejemplo y no solicitar subsidios al Estado para que su empresa sobreviva, o ya que la casta política no le gusta, que renuncie a su dieta, pero no, es un vulgar charlatán de feria con un plus, su peluca.

Mauricio Macri dijo: “Voy a terminar con el peronismo”. Debería eliminar a los Ritondo, Santilli, Duhalde y otros traidores que ayudan a que todavía exista en la política.

Miguel Ángel Pichetto afirmó: “Hay que volver a establecer el orden y reivindicar a Julio Argentino Roca para terminar con el mapuchismo y el peronismo”. Quizás su vida privada demasiado escandalosa (para que se entere Doña Rosa) hace que declare cualquier estupidez. Este buen hombre, oriundo de Banfield, vivió más de tres décadas del peronismo y declarando exactamente lo contrario a sus actuales dichos. Alcahuete de Menem, Duhalde, Néstor, Cristina y ahora Magnetto, es la traición personificada de la política argentina.

‘Tantas veces me mataron, tantas veces me morí, sin embargo, estoy aquí resucitando’, diría Perón cantando el estribillo de ‘La Cigarra’.

La derecha empleó y emplea todos los métodos habidos y por haber para la aniquilación del peronismo, pero en realidad su única pretensión es un país para pocos, su enemigo es el pueblo.

Matar a Perón era la consigna en 1955. Bombardearon la plaza, atrayendo a la gente difundiendo por sus medios amigos que aviones de la marina lanzarían flores. Lanzaron bombas, provocaron casi 400 muertos. Un año más tarde 31 víctimas en José León Suárez, el sistema lo denominó los fusilamientos. No fue así. Nadie fusila por la espalda.

Treinta mil desaparecidos y el 90 por ciento de ellos de origen peronista fueron la línea editorial de los setenta. Se mataba, se violaba embarazadas y se robaba bebés mientras la dictadura endeudaba en sociedad con los Macri, los Magnetto y los Roca. En los ochenta enviaron a Alfonsín con Mucci para volver a intentar romper el peronismo. No pudieron, por eso decidieron mandar a Menem con la idea de libre mercado, tampoco el peronismo cayó.

La Alianza con los radicales y pseudojusticialistas de siempre, uno más traidor que otro, pretendieron terminar con el trabajo que no acabaron ni milicos ni Menem, y el peronismo era como ese boxeador negro que cae una y otra vez, pero termina venciendo por Knock out, o sea, siempre vive.

Tuvimos vacaciones con los K. Derechos, cultura y un dólar bajo, recrearon un peronismo con jóvenes que hoy llenan las plazas acabando un choripán. La derecha volvió con Macri. Tampoco pudo. Hoy es el turno de los Milei y los Espert, más esos radicales siempre dispuestos a vender su alma por un sanguche de salame.

Malas noticias para ellos. Siempre el Peronismo revive. ¿Y saben por qué?, Siempre existe el recuerdo de una mujer como Evita, las frases de Perón, la imagen bajando los cuadros de los milicos de Néstor, la estatura política y valentía de Cristina y todos aquellos militantes de buena fe que no abandonan una ideología, un recuerdo, una forma de ser. Siempre se dijo que el peronismo era un sentimiento. Lo es, además de ser el único movimiento humanista y cristiano que nunca se olvidó de los pobres. ¿No le parece?

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