Por Gabriel Princip
La campaña electoral que derivó en la presencia en el poder de Mauricio Macri fue muy intensa. Promesas que nunca se cumplirán, acciones políticas, mentiras y un sinfín de palabras que sólo sirvieron para completar las páginas de los diarios.
El actual presidente hizo durante su campaña 265 anuncios válidos como promesas. Promediando el año de gestión se puede certificar que seis ya no cumplirán jamás: pobreza cero, la unión entre los argentinos, los créditos hipotecarios, el fútbol para todos gratis y sin publicidad oficial, el dólar como máximo a 15 pesos y la supresión del impuesto a las ganancias para los trabajadores.
De los anuncios, sólo 10 se han cumplido, entre ellos, el levantamiento del cepo, recuperación del Renatea, eliminación gradual de las retenciones sojeras, la reforma del Sedronar, asignación universal para monotributistas.
De las restantes 230, solo 19 se hallan en progreso y se llegará a finalizar el mandato con no más de 15 anuncios cumplidos.
Estamos en presencia del peor gobierno de la historia argentina. Sin embargo, la protección mediática hace que todavía el cacerolazo no se produzca, que los jerarcas gremiales permanezcan en estado larval, que los integrantes del partido jodido, el PJ, se muestren en sociedad con el amarillo gobierno y los componentes de la izquierda pasen mensualmente por caja sin hacer nada porque según ellos son todos iguales.
Eduardo Duhalde supo decir que: “No hay tipo más mentiroso que político en campaña”. Macri tomo la frase a pie juntillas y se cuadró ante Durán Barba cuando este dijo: “Enfoquemos el discurso en aquellos con menor instrucción”. Con esas ideas fuerzas en la cabeza diagramó una campaña donde llegó a decir: “Aerolíneas será del estado y será privada”, cualquier cosa. Quizás pensó en Moe Howard uno de los Tres Chiflados cuando tuvo que definir a un político le dijo a Curly: “promete mucho, no da nada y se lleva todo”.
En campaña y desfilando por los medios Macri prometió Pobreza Cero, hoy dice a quien lo escuche “es imposible pobreza cero en un mandato o en dos”. Michetti ayuda diciendo: “En ningún país del mundo existe pobreza cero”. También dijo “el futbol gratis no se toca”. El año que viene una empresa americana volverá a secuestrar el futbol y escucharemos la radio por Telefé. De la unión de los argentinos ni hablar, con la Bullrich, Carrió y demás agentes policiales. El dólar de 15 pesos que prometió pronto lo veremos a 20. Las casas para los argentinos, te la debo. Y la supresión del impuesto a las ganancias para los trabajadores fue una joda para Tinelli. Hoy también pagan ganancias los jubilados. Y así, en el tiempo que le quede en el mandato rumbo al 2019, aniquilará una por una las 250 promesas que hizo en campaña. Eso sí, se levantó el cepo y ahora cualquier argentino puede fugar millones de dólares.
Toda esta sarta de mentiras no pudo lograrse sin la complicidad de los medios dominantes. Los mismos que ocupan pantalla diagramando el odio en forma cotidiana, aquellos que bajo la idea de la libertad de prensa se transforman en sicarios de la palabra, contrabandistas de la información y secuestradores de la verdad. Arturo Jauretche en su tiempo opinó sobre los medios y dijo: “Es la alternativa obligada la dictadura del dinero o del estado, en el manejo de los medios de información. Cuando la dictadura del dinero y el estado coinciden, la “libertad de prensa”, es decir, de la empresa funciona sobre rieles. Pero cuando se enfrenta, la imposición del estado es dictadura, cuando no tiranía. Pero la imposición del dinero no, esa es “libertad de empresa”. ¿Qué tiene de extraño que el pueblo prefiera entonces la dictadura del estado? En ocasiones, es hasta argentina, pero la de los millones nunca. Linda libertad de prensa, ese monopolio, de la injuria, de la información deformada, de la doctrina extranjerizante, del juicio malicioso que le cerró el camino al auténtico pensamiento popular”.
Las próximas elecciones están a la vuelta de la esquina, ya sabemos quién es quién y también entendemos que la mentira nuevamente se hará presente en la campaña. No todos son iguales, los sectores progresistas suelen prometer sueños inalcanzables. La derecha es más práctica, más pragmática. La derecha hace anuncios de posible concreción pero también sabemos que suelen ser como el amor de estudiantes, una promesa, una traición.