UNA PÉRDIDA IRREPARABLE

Por Carlos Galli.
Felizmente una pérdida irreparable. El abogado «revolucionario», JUAN GRABOIS, en un reportaje en el pasquín de Víctor Santamaria, expresó que se aleja del FRENTE DE TODOS contra TODOS, porque el gobierno lo desilusionó.
Qué bueno, un gerente de la pobreza menos. Ahora faltan que hagan lo mismo Emilio Pérsico y el Chino Navarro, que además están de los dos lados del mostrador. Regentean planes sociales y son funcionarios de la Coalición Gobernante.
Nada se ha perdido con el «elegido» y niño mimado del papa Francisco.
Grabois, de imprescindibles están llenos los cementerios.
El abrazo de la otra noche con la Doctora Kirchner ¿Fue la despedida?
¿No era que este seudo «patriota» dijo desde un escenario tribunero, que iba a derramar su sangre por el pueblo, al que dice defender a rajatabla?
Seguramente nadie lo va a extrañar. Formará un Interbloque, y estará seguido en la rosca política.
De ninguna manera se va a perder el curro de los planes sociales.
Alguien le dijo que vaya a contarles sus pecados al «dueño» del Vaticano. Pan con pan, comida de tontos dice un dicho popular. El que quiera entender que entienda.
Un nene bien nacido en San Isidro, boga, según su C.V. , escritor, de 39 pirulos, que tuvo la dicha de nacer en democracia y en un Estado de Derecho, por el cual luchamos los «viejos» de mi edad, que vio lo sucedido en los 70 por documentales y diarios viejos, nos quiso enseñar cómo se hace una revolución social, a los militantes del campo popular, que pusimos el cuero y el pecho cuantas veces hizo falta hacerlo. Este «REVOLUTA» del Café Tortoni, se va del Frente. La verdad, siento que nadie notará su ausencia.
Me preguntó: ¿Qué le aportó al gobierno? Absolutamente nada. Hizo SU negocio, conseguir guita para subsidiar a los que poco o nada tienen, y los usa para sus marchas y piquetes, que no han solucionado ni la miseria ni la pobreza, y quebrando la dignidad de sus esclavos seguidores. No es así como se hace una revolución social. Tampoco yendo a La Recoleta a dar el beso de Judas a la vicepresidenta de la Nación. Tampoco proponiendo saqueos a los supermercados y generar una violencia, de pobres contra pobres.
Juan Grabois se va del Frente que gobierna un país en llamas, el cual él no sabe, no quiere o no puede ayudar a apagarlo.
Es un alegrón que se vaya. Pero más alegría sería si se hubiera ido mucho antes, o ni siquiera hubiera estado nunca.
Quiere un cambio total del sistema, forme un partido político, preséntese como candidato y gane, y entonces su ideología un tanto extraviada y prehistórica, resurja de las cenizas como el Ave Fénix. Aunque esto es tan imposible como que yo, un día me haga liberal o conservador o viaje a la luna.