UNA PARADA IMPOSTERGABLE
La ciudad capital de La Rioja guarda un pedazo de historia Argentina. Una cita obligada es el paseo por la estación de estilo neo-colonial de trenes que fue restaurada para que todos los vecinos y vecinas sumen un nuevo espacio de esparcimiento y cultural que sea sede de diversos eventos.
En varias oportunidades, el Intendente Armando Molina aclaró que la puesta en valor del lugar es uno de los principales objetivos que persigue su gestión, el regreso de un edificio que dio identidad a una ciudad.
Quedó lejano el momento en el que fue centro neurálgico de encuentros y desencuentros de personas, comienzo y final de relaciones, de transporte de cargas, etc. Será tema de otra nota los vaivenes que sufrió nuestro país y su entramado político y económico que hicieron cesar la actividad central de esa estación del Ferrocarril Belgrano, por lo pronto, un símbolo que recupera la mística es esta obra que fue realizada por partes.
Que no se quedó detenido en el deterioro sino que se recicló y al día de hoy cuenta con sus pintorescos arcos rebajados, rejas de hierro, faroles y los colores originales, una locomotora y reconstrucción de andenes dando marco a una escenografía digna de un film de época, o mejor dicho, de época riojana.
El nostálgico sepia se llenó de color entre la vida que supo tener y la que tiene en la actualidad con ferias y shows en vivo.
