La foto de un niño muerto en la playa puso en vergüenza a la población mundial. Indignados lectores, oyentes y televidentes hacían oír sus voces. “Paren la guerra, paren el mundo que me quiero bajar”, parecía escucharse en el fondo de mentes.
Pero se toma conciencia cuando la foto hace su trabajo. No se sabe que todos los días mueren miles iguales al protagonista de esa foto. Ignora la opinión publicada que los grandes traficantes de armas son quienes ordenan el mundo para su sangría y beneficio diario. La gente todavía cree que Estados Unidos es un país serio donde nació Elvis Presley, Cassius Clay y filmaron los tres chiflados.
La foto desató la vergüenza general al mismo tiempo que la ignorancia supina de los opinadores cibernéticos, aquellos instalados en sus cómodos hogares dando lecciones de moral.
Hace horas, murió por una serie de enfermedades y hambre un niño Qom. Otra vez la foto, nuevamente la indignación del medio pelo copó los medios y las conciencias.
Pero, ¿Tenemos idea del día a día de los pueblos originarios, sabemos de su religión, de su formato de vida y sabemos quiénes los arrinconaron a la infelicidad eterna?
Los pueblos originarios en la actualidad son fruto de las matanzas europeas. De vivir a sus anchas en un continente pasaron a pequeñas reservaciones con escasez de alimentos, cultura y conocimiento.
Los originarios del Chaco, por referirnos a la noticia de actualidad, suman 70 mil habitantes. En Chaco, Formosa y Santa fe habitan 47 mil, en Caba y GBA 14500 y 7400 en el resto del país. Las comunidades de la que hablamos son Qom, Tobas, payagues, mocovíes y pilagas.
Se reunieron en Colonia Aborigen en 1911. En 1915 eran 1500 humanos y el trato hacia ellos por parte del europeo era pésimo. En 1924 el gobierno le exigía el 15 por ciento de su producción. La pobreza y el continuo maltrato hizo estallar a la población indígena que comenzó a matar animales de los estancieros. En julio de 1924, 130 hombres armados entre policías y chacareros dieron cuenta de 1500 indígenas. La matanza blanca dio el presente. Ni una sola voz no española se pudo escuchar salvo el grito desgarrador de niños, mujeres y ancianos porque la parca los había visitado.
La Masacre tuvo el nombre del pueblo, Napalpi. Denominación que recién cambió en 1956. La matanza indígena no ocupó las tapas de los medios del momento. El gobierno de Marcelo Torcuato de Alvear no se desestabilizó ni tampoco tomó nota de los hermanos indígenas. Tampoco estuvo la foto que hace expulsar la vergüenza y la indignación. Nada pasó salvo el crimen de 1500 humanos.
Tampoco se sacó la foto en octubre de 1947. Perón fue engañado al igual que Yrigoyen en la Patagonia Trágica. Formosa fue el lugar, wichis y tobas los protagonistas. Los indígenas habían sido cooptados por la San Martin Tabacal para que realicen trabajos de braceros a 6 pesos por día. Finalmente se les pagó 2, 50. Los originarios no aceptaron. La rebelión costó caro. Sin dinero el hambre visitó sus míseros lares.
La hambruna comenzó a reducir la población con gran ayuda de las enfermedades. El gobierno enterado de la situación mandó vagones de trenes con alimentos y remedios. Una vez en Formosa, algunos civiles conectados con la Tabacal demoraron la entrega y engañaron a Gendarmería.
Además, provocaron el vencimiento de los alimentos y remedios para que el indígena se viera perjudicado. Al mismo tiempo, algunos decentes hombres blancos transmitieron el rumor de un posible ataque indígena. Corolario, actuó la gendarmería y dio cuenta, fusilamiento mediante, de 1500 humanos. Nuevamente el rostro blanco actuó sobre el indígena y nadie perdió la vergüenza.
Volviendo a Colonia aborigen digamos que en la década del 70’ el analfabetismo llegaba al 60 por ciento, hoy hay escuelas bilingües. El 27 de agosto de 2015, marca el inicio del Municipio de Colonia Aborigen, el 27 de octubre de 2011 se fundó Colonia Aborigen Napalpi. Hoy son 1272 habitantes con necesidades. La marginación existe en forma cotidiana. La población blanca sólo se acuerda que existen cuando muere un niño y puede hablar de la vergüenza de los políticos. Pero son incapaces de organizar un cacerolazo para lograr mejor bienestar para los pueblos originarios.
Hace cinco minutos acaba de morir otro chico sirio, hace dos minutos también se destruyó una casa en Damasco, recién murió otro bebé. En el interior profundo, otro Qom es discriminado por su color de piel, otro indígena es utilizado en la campaña rumbo a los comicios de octubre. Mientras los países serios firman el certificado de muerte de miles de niños y los pobres son tomados en cuenta sólo para una interna política, el medio pelo espera la foto de la tragedia para expresar su hipocresía en formato de dolor, vergüenza e indignidad.