Un paro de colectivos con muchas internas cruzadas
La UTA realizó la huelga nacional de 24 horas por reclamos salariales

Si bien en varias provincias la medida se sintió con fuerza, en el AMBA el acatamiento fue dispar fruto de la pelea de la UTA con otro gremio de colectiveros que no adhirió.
El paro de 24 horas que realizó la Unión Tranviarios Automotor (UTA) que lidera Roberto Fernández tuvo en el AMBA un dispar acatamiento. Un justo reclamo de mejoras en los salarios de los choferes de colectivos se vio atravesado por las diferencias internas que se expresaron dentro y fuera del sindicato durante toda la jornada. El gobierno nacional, que el pasado 10 de abril se congratuló ante la no adhesión de la UTA al paro nacional de la CGT, ahora lo consideró como «irrelevante» al tiempo que reiteró su decisión de mantener el pie sobre las paritarias para que no superen el 1 por ciento mensual. Hacia el final de este martes, la UTA emitió un comunicado donde afirman estar «muy conformes con el día de protesta». También dijeron que continuarán con los reclamos salariales y advirtieron que «de ser necesario no lo dudaremos y profundizaremos las medidas». Una declaración que permite vislumbrar futuras medidas de fuerza pero que no deja en claro si existe un plan de lucha concreto que, durante todo el día, se escuchó reclamar a los colectiveros para conseguir un sueldo acorde con la crítica situación económica y social.
El paro no fue total porque hubo sectores sindicales enfrentados con Fernández que no se sumaron a la medida de fuerza. Son los «gremios amarillos», como lo define el titular de la UTA y que los vincula con la empresa DOTA cuyas líneas de colectivos no pararon este martes. El gremio amarillo al que hace referencia Fernández es la Unión de Conductores de la República Argentina (UCRA) que lidera Miguel Bustinduy que supo competir internamente en la UTA para luego terminar organizando un sindicato aparte. Fernández lo considera un sindicato de DOTA.
Bustinduy, por su parte, acusa a Fernández de tener sus vínculos con empresas de transporte de pasajeros. «No vamos a parar. Creemos que es necesario recomponer el salario de los trabajadores y la actividad que quedó diezmada, pero no creo que sea Roberto Fernández quien pueda cambiar la situación», dijo Bustinduy en declaraciones radiales.
Lo concreto es que todo esto conspiró con las necesidades salariales de los choferes de colectivos. Según el comunicado que anoche emitió UTA, rechazaron el ofrecimiento del 6 por ciento realizado por la parte empresaria que abarca el período febrero-junio. Y no lo aceptan porque entienden que esto lleva a un básico de 1.200.000 pesos a solo 1.270.000 pesos hacia finales de junio. La UTA lo que pretende es un básido de 1.700.000 pesos. Los empresarios solo consideran ese aumento si se incrementa el precio del boleto del colectivo o que el gobierno libertario incremente los subsidios. La Casa Rosada ya dijo que no va a «destrabar subsidios». Ahora bien, un aumento del boleto de colectivo generará más protestas ya que se especula que su valor llegará a los 1.500 pesos.
Anoche, en varias localidades bonaerenses, como en La Matanza, algunos grupos de colectiveros mantenían vivo el reclamo con cortes de ruta. Similar situación se vivió en en Puente Saavedra, límite de la Capital Federal con el municipio de Vicente López, donde el cuerpo de delegados de la línea 60 que es parte del Grupo DOTA, se adhirió al paro a pesar de lo que planteaba UCRA. Todos pedían además del aumento salarial, un plan de lucha que parece no existir, al menos de la conducción gremial de la UTA pero también de la UCRA.
Ayer, por caso, la conducción de la UTA reaccionó solamente cuando un integrante de la comisión directiva, Gabriel Gusso, afirmó a la Agencia Noticias Argentinas que si el salario de «dos millones y medio de pesos» que exigen para los choferes no se concretaba la UTA irá hacia «un paro por tiempo indeterminado».
Gasso no se contuvo y afirmó que «las bases le están pidiendo al Consejo Ejecutivo Nacional un plan de lucha que va a partir de una asamblea. Si el reclamo no es escuchado, se va a pedir el paro por tiempo indeterminado. Vamos a ir para adelante, no vamos a dar un paso para atrás. Estamos firmes», afirmó.
De inmediato el consejo directivo de la UTA desmintió a Gusso e incluso el gremio afirmó desconocerlo: «Rechazamos los comentarios y notas que han subido a portales de noticias por quien dice ser Gabriel Gusso y se autodefine como secretario Gremial de la UTA». Es más, el sindicato afirmó que «rechaza, desconoce y no se identifica con cualquier comentario u opinión política o gremial de este sujeto, que no es miembro de ningún cuerpo orgánico de la entidad sindical».
La división entre UTA y UCRA hizo prever la posibilidad de que se realizaran incidentes. hasta anoche solo había trascendido que solo cinco unidades de la empresa DOTA habían sido objeto de piedrazos sobre el Acceso Oeste, a la altura de General Rodríguez.
El comunicado de UTA afirmó también que «las paradas estuvieron vacías a lo largo y ancho de prácticamente todo el país». Los informes que llegaron de varias capitales de provincia daban cuenta de que en la capital de Tucumán, Mendoza y las ciudades del sur de Córdoba no se habían adherido al paro de UTA. Diferente era la situación en Jujuy, Corrientes, Entre Ríos, Neuquén y Santa Fe, entre otras, el paro fue total. En Santiago del Estero la situación fue similar al AMBA ya que hubo un sector del gremio que no adhirió a la medida de fuerza.
Fueron pocos los incidentes denunciados. La empresa DOTA dijo que al menos cinco unidades sufrieron piedrazos en el Acceso Oeste, a la altura de General Rodríguez.
La CGT
La discusión paritaria de los colectiveros viene desde febrero. Incluso fue promovida y aprovechada por la Casa Rosada para debilitar el tercer paro general de la CGT de abril pasado. La negativa de empresarios y el silencio cómplice del gobierno nacional llevó a que Roberto Fernández lanzara un paro a pocos días de la huelga general de la central obrera. Esa decisión le permitió a la Secretaría de Trabajo dictar la conciliación obligatoria y el gremio dijo verse «obligado» a despegarse de cualquier medida de fuerza de la CGT para respetar la conciliación. Un argumento que para la conducción de la central obrera era hasta falaz.
La circulación de colectivos el 10 de abril pasado provocó el enojo en el resto de los integrantes del consejo directivo de la CGT. Hubo incluso algunas propuestas de sancionar a la UTA. Otros llegaron a hablar de una expulsión. Más allá de ello, los cierto es que llegó el día del paro de una UTA dividida y la CGT hizo silencio. No hubo ninguna declaración. Todos se dedicaron a mirar cómo se quebraba el reclamo de Fernández que, entienden algunos, sufrió lo mismo que provocó el 10 de abril. Lo dijeron en referencia a la decisión del gremio de Bustinduy de no adherir a la medida de fuerza y permitir que un centenar de líneas de colectivos circularan sin inconvenientes.
El techo paritario
Más allá de disputa interna que existe entre los sindicatos del servicio de colectivos, lo cierto es que crece entre los gremios la queja por el techo que el gobierno le impuso a las discusiones paritarias. El poderoso gremio de los empleados de Comercio que lidera Armando Cavalieri con más de 1,2 millones de afiliados, ya anunció que insistirá con el acuerdo salarial alcanzado con las cámaras patronales que supera el techo paritario que con rudeza cuida la Secretaría de Trabajo. Y es que Cavalieri consiguió un incremento del 5,4 por ciento pero que sube a poco menos del doble cuando se consideran rubros no remunerativos que conforman el salario del trabajador de comercio. La Secretaría de Trabajo advirtió que no lo homologará e incluso se metió el ministro de Economía, Luis Caputo que les pidió a las cámaras empresarias que retrocedan en lo acordado. Por ahora no tuvo éxito. (ver aparte)
Los empleados de Comercio no son los únicos, vienen por detrás otros sindicatos que buscarán romper ese techo salarial.
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