Un DNU no resucita a nadie.
Por Carlos Galli.
Por el DNU del viernes 2 de julio 2021, -hace tres días-, firmado de puño y letra por el Presidente Dr. Alberto Fernández, se va a permitir que llegue a nuestro país la vacuna PFIZER. Cuanto tiempo perdido, Presidente.
Si fue un tema ideológico, es rayano con la locura.
Dr. Alberto Fernández, usted hace más de un año que gobierna mediante diferentes DECRETOS DE NECESIDAD Y URGENCIA, aunque me inclino a pensar que en esta oportunidad es un decreto de NECEDAD, además de ser de urgencia.
Es una muy buena noticia para los niños, niñas y adolescentes con capacidades diferentes. El Estado argentino se obliga, compromete y se hace cargo de lo que pueda sufrir -de índole salubridad-, el inoculado o inoculada.
Algunos profesionales de la medicina, afirman que se podrían haber salvado veinte mil vidas o más. Esto es absolutamente contrafáctico. ¿Quién lo puede saber? Nadie. No son los dueños de la verdad absoluta y revelada.
Mientras en nuestro país hay más de noventa mil muertos y contando, un ex ministro que se preocupaba por el dengue, pasea por España.
El Jefe de Gabinete le dice a 330.000 personas (seres humanos), que esperen.
La Ministra de Salud, Carla Vizzotti dijo que se baje la obsesión por las vacunas PFIZER, una funcionaria que no sólo no funciona, sino que también, tiene la desfachatez de retarnos, imitando -tal vez-, al Presidente.
El viernes pasado se firmó el DNU, para que llegue la «milagrosa» vacuna, pero no existe ningún DNU que resucite a nadie. Imagino que esto Sí, lo tiene claro y asumido.
Por fin Presidente, cumplió con una de las veinte verdades peronistas, la décima segunda que expresa: «LOS ÚNICOS PRIVILEGIADOS SON LOS NIÑOS».
