Opinión

Ucrania en estado crítico. Zelenski acorralado.

 

Por  Margarita Pécora  B.     –

¿Está Ucrania cerca  de  la rendición, o  el conflicto con Rusia sigue sin  grandes novedades, prolongándose en el tiempo y cobrando más vidas de las que hasta hoy  ha sufrido?  Esas son las interrogantes que muchos habitantes de  nuestro continente nos hacemos, desde una posición, como espectadores de un conflicto que muchos imaginan lejano geográficamente, pero que,  dada la gravedad de la combinación de fuerzas multinacionales  que participan, no nos  debe resultar  ajeno, mucho menos cuando  suena la amenaza de una conflagración mundial  con el uso de armas  atómicas.

Es cierto que algunos se acostumbran a escuchar hablar de la guerra ruso-ucraniana,  y solo le prestan atención cuando se produce algún bombazo estremecedor por alguno de los contendientes; pero la respuesta sobre su temible desenlace, solo pueden darla los estrategas militares que se mueven en el Kremlin bajo las órdenes de Vladimir Putin, y los que desde Europa y Estados Unidos, manejan los hilos de Zelenski en Ucrania. No obstante, las fuentes  especializadas que siguen muy de cerca el conflicto, hablan de una escalada rusa muy  importante, y de una inminente  rendición de  Kiev.

Lo que sí e está claro es, que mientras más despliegue de fuerzas  hacen los ejércitos aliados  de la OTAN como EE.UU. , el Reino Unido,  Francia, y otros  países  europeos;   más  ponen en evidencia  ante el mundo,  que  están perdiendo a Ucrania frente al  poderoso adversario que representa  Rusia.   Ya  a estas alturas  la OTAN y sus aliados  deben estar  convencidos de que es  muy poco probable que Kiev  pueda  resistir  por mucho más tiempo  la intensa ofensiva militar  rusa,   porque  el país de  Zelenski   se está quedando   sin oxígeno , y en estado crítico prácticamente agonizando y solo se espera que saque la bandera  blanca de la rendición.

No hay que ser experto en temas de  la guerra, para darse cuenta que el líder ucraniano  es una marioneta usada por la OTAN y Estados Unidos, para  intentar lo imposible: derrotar a Rusia, y que lo menos que les interesa lamentablemente, es la vida ni el futuro de los ucranianos, sino recuperar el poder militar y económico que tiene en  Rusia y China, a sus más férreos competidores.

Desde que empezó este conflicto en febrero del 2022, hemos visto a Zelenski  pasando la gorra por cuantos escenarios mundiales ha encontrado a su paso- no  precisamente como el comediante que fue, sino como el Jefe de Estado plegado a la OTAN  y a la Casa Blanca, a la que ha acudido en varias ocasiones,  personalmente, a   pedir  financiamiento para arsenal militar  de impacto suficiente potente,  para repeler el  avance impetuoso de los rusos sobre el Dombas y otras ciudades.

Ya  no  le  basta  con los 61 mil millones de dólares que consiguió de  la Cámara de Representantes de EE. UU.;  ahora espera que  los británicos  le giren más plata, aunque muchos colaboradores  ya  aportan a regañadientes  viendo que  tantos paquetes de ayuda se licúan demasiado rápido,  y  que,  ni Zelenski  ni los  aliados de la OTAN que han inyectado fuerzas mercenarias a la contraofensiva,  logran detener  la avanzada  arrolladora de Moscú que viene recuperando ciudades  en el Dombas y poniendo  al  ucraniano  contra las cuerdas.

La sensación de que el conflicto  ruso ucraniano  se encuentra estancado  es por tanto,  falsa; por el contrario, hoy está  más que nunca  en el ojo del mundo.  Justo   por estos días,  se están produciendo los más encarnizados combates  entre  tropas  rusas y  las de la OTAN, porque no se puede decir que son  puramente ucranianos.   A tal punto que  ya se habla de un conflicto  de Rusia con la OTAN, pero  desde el escenario  de la Ucrania  que otrora fue una de las repúblicas socialistas  soviéticas,  pero  se destiñó, o mejor dicho, se dio un baño de neofascismo  y vendió su alma al diablo de las oligarquías más corruptas de Europa, llegando a negar incluso el  origen  ruso  de sus antepasados.

Por estos días se están produciendo  los golpes más  demoledores del Kremlin  sobre las tropas ucranianas en  el frente de  batalla,  especialmente en Járkov,  donde  Moscú ha retomado el control de varias ciudades en las últimas horas,  y es allí donde  más se  destaca  la injerencia   extranjera  en el conflicto,  que  ya  hace  mucho dejó de ser  binacional,  para convertirse en  una guerra de la OTAN  a través de sus más agresivos aliados  y de EE.UU.,  contra  Rusia.

La decisión de Jens Stoltemberg  el jefe de la OTAN, de enviar  33 mil soldados a Ucrania,   específicamente a las cercanías de las fronteras con Rusia, provocó que  Vladimir Putin anuncie que su enorme aparato militar desplegado en la frontera con el Este ucraniano,  ha comenzado los preparativos de ejercitaciones para afrontar una hipótesis de guerra nuclear y ha enviado bombas atómicas no estratégicas que ya están en posición.

Este es el panorama inquietante que vive Europa, con una Ucrania agonizando, y una OTAN junto a EE.UU., desesperados por  el olor a derrota que les llega del frente de batallas sangrientas,   donde hasta el que se pinta de pacifista, me refiero al presidente de Francia  Emmanuel Macron, amenazó a Rusia con mandar a la Legión francesa, a pelear a favor de Zelenski; mientras por otro lado, el canciller  británico David Cameron, levantó  un  polvorín con su apoyo a los planes de Kiev al admitir  hace  unos días,  la posibilidad de ataques a Rusia con armas que Londres suministra a Ucrania; y  por supuesto eso fue interpretado por el kremlin como una  temeraria provocación, al punto ha puesto al Reino Unido en el ojo de la tormenta.

Y siguen los cruces verbales y las amenazas contra Moscú, lanzando esquirlas contra otras potencias, para complicar más aún el clima guerrerista. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, afirmó este lunes que China es “el principal país” que hace posible que Rusia pueda llevar a cabo la guerra contra Ucrania,  porque proporciona componentes críticos para las armas de Moscú,  y es el mayor socio comercial del Kremlin.  Con un lenguaje  provocador y peyorativo,  dijo también que  el régimen de  Irán está proporcionando drones a Moscú,  y que la dictadura de Corea del Norte otorga al Kremlin munición y armas. Además  aseguró que “los amigos de Rusia en Asia”, en referencia a Irán, Corea del Norte y China, “son clave para la capacidad de Rusia de luchar contra un amigo y vecino europeo de la OTAN”.

Todo este panorama  converge  en una inquietante  amenaza de uso de armas atómicas en lo que ya para algunos observadores significa los umbrales de la Tercera aguerra mundial. Algo que   la humanidad resiliente de una pandemia arrasadora, no se merece, cuando a todos nos debe encontrar unidos luchan por la paz y el progreso.

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