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Todo no se justifica – Por Gabriel Princip

El próximo 25 de octubre se realizarán los comicios generales para que el ciudadano elija quienes serán sus gobernantes.Con una boleta dirá: “este es mi presidente, intendente, gobernador, legislador, etc”.
Ahora bien, las elecciones siempre tienen dos visiones. Una es aquella que parte de quienes integran las listas y sus respectivos equipos y la otra la ciudadanía en general.
Que aquel que tenga un interés creado apele a cualquier operación, trampa o bajeza para llegar al poder no está bien pero siempre hay alguien que te la analiza para encontrarle el lado positivo y que uno termine diciendo, “en fin…”.
Pero distinto es aquella persona que no juega nada, salvo el hecho de que sus colores favoritos triunfen.
En una palabra, un Durán Barba se aguanta pero, ¿Se imagina millones que imiten a este antisemita ecuatoriano que deteriora la democracia y todos sus estamentos?
¿Porque decimos esto? Simple: las redes sociales se completan con quienes son pagos por los partidos políticos y salen a editar cuanta trampa o engaño se les ocurra.
Claro que uno no distingue quien es quien en el tuit o face. Para cualquier hijo de vecino son ciudadanos comunes y corrientes con determinado conocimiento político.
Pero el odio vertido por aquellos que se oponen al gobierno, pagos o no, hacen del facebook el rinconcito de la infelicidad.
La crítica común hacia el k es planero, chori, choriplanero, corrupto para empezar a hablar. De acá para arriba, lo que uno imagine.
Claro que estos conceptos sirven de base para cualquier sobremesa, reunión familiar y ronda de café. A partir del vitupero general dan justificación a la llamada grieta política.
Por eso y faltando tan poco para las elecciones generales sería útil que los dirigentes llaman a la calma a sus militantes para poner algo de paz en el ambiente.
El resto de los ciudadanos, aquellos que tienen una camiseta puesta, sería recomendable que se entendiese que la primera casaca que deben llevar es la democrática. Luego la que más le guste, para que de esta manera no se llegue al insulto por el insulto mismo, a la discriminación y en algunos casos a la muerte.
Y estos últimos conceptos no son palabras al azar. En el interior ha habido muertos por el odio instalado por los medios partiendo de la política, en colegios privados ha habido persecuciones políticas y obviamente la discriminación y descalificación en las redes sociales es moneda corriente.
Para tener en cuenta, la democracia no sólo es votar también es importante la convivencia y los consensos. La vida sigue después del 2015, y de nada vale detenerse en un tuit para descalificar a otro que votará en forma distinta a la nuestra.

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