OpiniónOpinión

Todo es mentira

Por Gabriel Princip

En campaña Mauricio Macri tuvo el recuerdo de Eduardo Duhalde y su  frase que ya constituye  un clásico: “No hay más mentiroso que político en campaña”. Y la mentira fue el común denominador de sus reportajes, actos y mensajes a la conservadora militancia del globo amarillo.

Una mentira es una declaración realizada por alguien que cree o sospecha que es falsa en todo o en parte, esperando que los oyentes le crean, de forma que se oculte la realidad en forma parcial o total.

Santo Tomás de Aquino distingue tres tipos de mentiras: la útil, la humorística y la maliciosa. Las tres son pecado, pero las dos primeras son pecados veniales y la última es un pecado mortal.

“Aerolíneas seguirá siendo estatal”, “no despediremos a nadie”, “no perseguiremos a la  gente por su ideología”, “llegaremos a pobreza cero”, “uniremos a los argentinos” y “lucharemos contra el narcotráfico”.

A cuatro meses de gobierno comprobamos como todo fue una gran mentira. La unión entre los argentinos cada vez queda  más lejos. Ya que no tiene empacho ni él ni  su gente de humillar al despedido tratándolo de ñoqui, ensuciar al militante K, dejar que Elisa Carrió en nombre de la trasparencia recorra los canales de televisión desparramando odio a discreción. No debemos olvidar como vilipendio al empleado público o a todo aquel con perfume nacional y popular.

Las mencionadas falsas promesas son algunas de las pronunciadas por él. Naturalmente como todo se hace en equipo, su gente avala las mismas, las repite, las reenvía y las retuitea. La grieta se ensancha en forma cotidiana máxime cuando cualquier acto gubernamental es antipopular.

La mentira es un arma de destrucción masiva que el ignorante disfruta en difundir y el sabio en combatir. Algún paisano agregaría: “La mentira no aumenta la nariz, disminuye la confianza”.

Claro, si el argentino observa como todos los días se despide gente, y  160 mil, no entiende como se llegará a la pobreza cero. Hasta el presidente encontró y contrató  un especialista en felicidad que dijo: “La pobreza cero no es cubrir la alimentación ni es lo material, es llegar a cumplir los sueños anhelados”. No sólo te están mintiendo, sino que además se te ríen en la cara.

“El futbol seguirá siendo gratis”, dijo en campaña y ya sabemos que se privatizará. Las muertes seguidas por droga en más de una fiesta terminan con la frase: “Estamos luchando contra el narcotráfico”.

La persecución ideológica se optimiza día a día, basta saber las razones de los despidos para comprobar que nos han mentido. Eran ñoquis, militantes, grasas y demás humillaciones para justificar despidos masivos.

“Lo que está bien se dejará y lo que está mal se mejorará”, dijo en campaña. Pregunta, ¿Tan mal estaban los satélites del Arsat que ahorrábamos millones de dólares y estábamos en el equipo selecto del planeta que construía satélites?  Arsat ya trabaja para Francia y la comisión del negocio la cobró Clarín.

Hay tres clases de mentiras, decía Mark Twain: “La mentira, la maldita mentira y las estadísticas”. “Tendremos cifras del Indec confiables”, dijo Macri. Todavía no emitió una sola cifra el Indec y ya el presidente garantizó que la primera será conocida en el año 2017.

No hay energía peor usada que sostener una mentira o insistir en un error. Hay personas que por no admitir que se han equivocado, viven equivocadas y por mostrarse fuertes, viven sin fuerza.

Muchos sociólogos, dirigentes y periodistas comparan al equipo comunicacional del presidente con el tristemente célebre Joseph Gebels, el famoso vocero de Adolf Hitler. Tan alejados  de la realidad no están. De hecho para describir los mensajes presidenciales copian al alemán, “Miente, miente que algo queda”. Aunque uno también mencionaría a Hitler cuando decía que: “las grandes masas sucumbirán más fácilmente a una gran mentira que a una pequeña”.

Hoy el argentino asiste en forma cotidiana a cada declaración PRO con la mayor de las impotencias. Siempre pensando en voz alta cuando  escucha a su presidente y preguntándose si habla en serio o es una joda para Tinelli.

También sucede que quizás  Macri no se de cuenta pero el mentiroso tiene dos males, como decía Baltasar Gracián, que ni cree ni es creído.

La única verdad es la realidad, y ésta nos indica que el crédito al presidente está a punto de caer. Demasiadas mentiras, vastas injusticias y escaso afecto se hallan en Balcarce 54 como para seguir respaldando.

Mostrar más

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba