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Opinión

SUPERAMOS A GRECIA, PUNTEROS SOLOS. (Rivadavia cambia de nombre. Macri es la continuación)

Por Gabriel Princip

Finalmente hubo un acuerdo entre el FMI y el gobierno argentino. La corporación financiera realizó un stand by por 36 meses con una entrada de 15 mil millones de dólares en los próximos días. El resto se oblará luego de los respectivos monitoreos que realice la gente de Cristina Lagarde.
“El plan económico a implementarse refuerza nuestro compromiso con la eliminación de los desbalances económicos que han aquejado a nuestro país por décadas”, informó el gobierno.
Para que se entienda, el ajuste será brutal y caerá sobre los trabajadores, los jubilados y una clase media que está pronto a desaparecer.
El gobierno del endeudador Macri acusó recibo de la tarea a realizar. Espera entre el 2018 y 2021 reducir el déficit 3, 1 por ciento del PBI o sea 19300 millones de dólares.
Hasta aquí la información. El militante clase media dirá “son todos iguales o ya estamos acostumbrados o quizás esto lo vivimos y aquí estamos” y demás frases huecas propias de alguien sin contenido. Pero para colocar los números en contexto digamos que el mayor deudor del FMI era Grecia con 12.800 millones, seguido de Ucrania con 11.500. Hoy la tabla de posiciones del FMI encuentra a la Argentina en primer lugar con 50 mil millones. Tomamos la punta y arrojamos la soberanía al quazar, o sea a un lugar inalcanzable.
El FMI, que ahora es “bueno” según el superministro Dujovne, prestó tamaña cifra porque la garantía argentina son las riquezas. Entonces, si no se pagara y el FMI quisiera se llevaría el petróleo, el agua y pondríamos a disposición del imperio todo el territorio.
Nicolás Dujovne recalcó que “el acuerdo refleja el apoyo de la comunidad internacional”. En ningún momento aclara sobre la entrega ni menciona la palabra soberanía.

Entonces la historia se hace presente. Rivadavia, el primer endeudador, solicitó un millón de libras a la JP Morgan. De esa cifra Bernardino se hizo de la bonita suma de 500 mil a través de sus empresas fantasmas que tenía en sociedad con un empresario yanqui. El resto quedó para la banca y como deuda que el gobierno de Perón pagó. Como premio a tamaño atentado a la soberanía, la calle más larga de la Argentina lleva su nombre. Es de suponer que con el acuerdo logrado por Macri, la continuación de Rivadavia se llame como el presidente.
La alianza de Fernando de La Ruina, Rodolfo Terengaño, la piba, Lilita, Stuzenneger y Cavallo fueron responsables de un megacanje de 100 mil millones de dólares que solo sirvió para que De la ruina diga “ que bueno es dar buenas noticias”.
Luego del desastre del 2001, los k pusieron de pie al país al igual que Perón tras la década infame. Macri se hizo cargo de un país funcionando, se subió a la calesita y la chocó. Pasamos de haber pagado el total de la deuda al FMI y el 93 por ciento al resto de entidades financieras mundiales a ser el país más endeudado con el FMI. Superamos a Grecia, una colonia que salvo sus habitantes el resto es extranjero.

Argentina transita el mismo camino que la tierra de Platón. No hay economista que garantice que este gobierno cumpla con las metas impuestas por el fondo. Esta entrada de dinero servirá para que Cambiemos complete su mandato mientras el país asiste a una crisis inventada que empobrece en forma diaria a sus habitantes. Eso sí, Cristina es la chorra y el FMI es bueno.
La sociedad se encuentra triste por el acuerdo firmado. Sabe, presiente, es consciente que todo termina mal. Sin embargo la sonrisa del ministro de hacienda y del presidente es tan ancha como la 9 de julio. La razón, ellos también saben que todo termina mal pero al menos cobrarán suculentas comisiones por la entrega total de nuestra soberanía.

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