El sicario es aquel asesino que cobra por su trabajo. Hoy por hoy, es una persona anónima que no tiene sindicato ni es monotributista. Pero que mata, mata. En el 2015, con la aparición amarilla este gobierno formó y nos legó a los trolls.
Un troll es una persona anónima con profundo odio hacia las mayorías que combate a favor de la causa amarilla mintiendo, injuriando y calumniando. Como es anónima no recibe nunca una carta documento. Todo el peronismo lo sufrió, Cristina fundamentalmente, muchos periodistas y hasta el mismo Tinelli.
Uno de ellos aparece como jefe, Esteban el exterminador y se jacta que se ubican en sus casas, en calzoncillo y en chancletas para desde ahí trabajar para su líder Mauricio Macri. Reciben sueldos importantes y algunos se ubican en Casa Rosada. Son apadrinados por Marcos Peña y el diputado Daniel Lipovetzky.
Hasta aquí nada nuevo se dicho. La novedad es que ya están sindicalizados. En la marcha del millón aparecieron con pancartas donde el sindicato de trolls hacía su debut callejero. Se observaba a un hombre cuarentón, de barba negra, de 1, 75 metros con dos mujeres del brazo sosteniendo el cartel. Ese es Esteban, el exterminador de kukas como se hace llamar y el secretario general del sindicato.
Uno se pregunta si tenemos obligación de mantener, impuestos mediante, a una serie de vagos, odiadores, cuya único trabajo es mentir por internet. Existe presupuesto y abultado para estos tilingos y los jubilados deben esperar, a veces, una limosna. Además de colaborar con la grieta, el gobierno ignora a los trabajadores y apoya a una manga de tirifilos sin contenido intelectual alguno que solo injurian.
El peronismo sabe aguantar. Llegará al gobierno y olvidará la grieta. La causa amarilla será derrotada por toda la cuenta pero no esperará un solo minuto para encargar a sus trolls que sigan insultando vía internet. Seguramente Alberto los echará, y es de esperar que el ministerio de trabajo no reconozca este sindicato de vagos, de imbéciles que simulan trabajar. Si no es así, entonces que no nos extrañe la formación muy pronto del sindicato de sicarios. Algún otro amarillo lo conducirá.
