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Opinión

SER Y PARECER

Por Carlos Galli.

Ser y parecer, no es lo mismo.

Debemos ser honestos. Y no parecerlo.

Debemos ser fieles. Y no parecer que lo somos.

Debemos tener principios y no modificarlos, como algunos lo tienen por costumbre.

Debemos ser leales, y no traicionar a nadie, en especial, no traicionarnos a nosotros mismos.

Debemos temer a DIOS. No a los poderosos mortales, que no son más que eso, simples mortales con una pequeña dosis de poder que felizmente, tiene fecha de vencimiento.

Ser auténticos, aunque no siempre tengamos la razón.

No juzgar al prójimo, para no ser juzgados. Creer en la Justicia divina, porque es la única infalible. La justicia terrenal mira con el ojo del poder de turno. Son como los sepulcros, blancos y limpios por fuera pero por dentro llenos de miserias, vanidades y egoísmos.

El pobre, los desvalidos, los que poco o nada tienen, rara vez tienen justicia de los hombres, porque son como las olas del mar, que van y vienen, según soplen los vientos.

Más allá del dicho popular, no existen dudas, debemos SER y NO PARECER.

No se puede parecer correcto, hay que serlo.

No se puede aparentar ser incondicional a un semejante, debemos serlo.

Debemos crecer con las raíces de nuestros amados viejos, y no corrompernos a ningún costo, aunque un tal Napoleón Bonaparte haya dicho que todo hombre tiene su precio.

Tenemos que tener espíritu solidario y de valentía, porque así fuimos creados.

Debemos mirarnos al espejo, y no avergonzarnos de lo que vemos.

Si para recobrar lo recobrado, debí perder primero lo que he perdido; y si para conseguir lo conseguido, tuve que soportar lo que he soportado. Quienes conocen mi pasado militante en décadas de plomo, saben lo que he padecido y lo mucho que he sufrido.

Yo nunca dudé de mis ideales y principios. También sé que mucho me he equivocado, y de mucho me he arrepentido.

Pero siempre lo hice junto a compañeros y compañeras, que creíamos que íbamos a cambiar el mundo. No pudimos. Pero lo intentamos.

POSDATA:

Qué pena no ser adiestrador de perros. Si lo fuera, tendría un laburo en el Estado, con un sueldo de doscientas lucas ($224.000), conforme a lo publicado en el BOLETÍN OFICIAL de ayer.

Soy Comunicador Social. Me hubiese convenido aprender a adiestrar mascotas, y no escribir o hablar y pensar «boludeces».

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