Sociedad

SALUD FEMENINA: LA SALUD DE LOS ÓVULOS TAMBIÉN IMPORTA

El Día Internacional de la Acción por la Salud para las Mujeres se conmemora cada 28 de mayo con el objetivo de concienciar y hacer frente a diversas enfermedades y padecimientos que sufren las mujeres y que en muchos casos se pueden prevenir. Este año, el lema es: «Para las mujeres y niñas en toda su diversidad: Derechos, igualdad y empoderamiento»; que resalta la importancia de garantizar los derechos, la igualdad y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas, reconociendo su diversidad.

Para muchas mujeres, la comprensión de su salud reproductiva se desarrolla de forma gradual, moldeada por experiencias personales, conversaciones y la sociedad. El camino suele comenzar en la pubertad, pero muchas adquieren un conocimiento más profundo sobre su salud reproductiva en sus veintitantos o incluso más adelante, especialmente cuando empiezan a pensar en la planificación familiar. Para muchas, este es un momento clave en el que la fertilidad deja de ser una idea abstracta y se vuelve algo personal.

Sin embargo, esta toma de conciencia no llega de la misma manera para todas. Factores socioeconómicos como el acceso a la atención médica, las actitudes culturales y los sistemas de apoyo juegan un rol enorme. Algunas mujeres crecen en entornos donde la salud reproductiva se discute abiertamente y se prioriza. Otras se enfrentan al silencio, el estigma o la desinformación, lo que retrasa su capacidad de tomar decisiones informadas.

“Gracias a la era digital y a las redes sociales, la educación ha avanzado mucho, especialmente en visibilizar las realidades biológicas del declive de la fertilidad después de los 35 años. Hoy, más mujeres se sienten empoderadas para considerar sus tiempos, explorar la preservación de la fertilidad o buscar orientación de forma anticipada. Las experiencias personales, como períodos irregulares, dificultades para concebir o pérdidas gestacionales, suelen ser catalizadores que impulsan a las mujeres a hacer preguntas, buscar atención médica y tomar el control de su salud”, aseguró el Dr. Dan Nayot, cofundador y director médico de Future Fertility.

En este sentido, la mayoría de las mujeres suele familiarizarse con el concepto de calidad ovocitaria cuando enfrenta desafíos de fertilidad o explora opciones como la vitrificación de óvulos o la fertilización in vitro (FIV). Tradicionalmente, la “calidad de los óvulos” se ha estimado en función de la cantidad (medida por ecografías o niveles de AMH) y la edad de la mujer, ambos indicadores indirectos. Estas son las variables que suelen usar las calculadoras online para estimar la probabilidad de embarazo, pero no brindan información directa sobre el estado real de cada óvulo.

Alex Krivoi, cofundador y director de Tecnología de Future Fertility, explicó que: “herramientas como VIOLET™️ y MAGENTA™️ representan un gran avance, ya que ofrecen una evaluación directa, no invasiva y basada en imágenes del potencial reproductivo de cada óvulo mediante inteligencia artificial. Sin embargo, esto solo es posible después de la recuperación ovocitaria.”

Si bien algunos ginecólogos sí abordan la calidad ovocitaria y la fertilidad futura durante sus consultas, estas conversaciones aún no forman parte del estándar de atención —especialmente para mujeres jóvenes o que no están intentando concebir-. Cuando se habla de fertilidad, el enfoque suele centrarse en la cantidad de óvulos, estimada a través de los niveles de AMH o recuentos foliculares por ecografía, y cómo eso se relaciona con la edad. Estos factores se usan como estimaciones generales de la calidad, pero no brindan una imagen completa ni personalizada.

La evaluación directa de la calidad de los óvulos generalmente se introduce cuando una mujer decide preservar su fertilidad o iniciar un tratamiento de FIV, ya que es necesario observar los ovocitos en el laboratorio para poder usar herramientas como VIOLET™️ y MAGENTA™️.

En el caso de adolescentes o mujeres jóvenes que recién inician sus ciclos reproductivos, las consultas ginecológicas suelen enfocarse en la salud menstrual, la anticoncepción y el bienestar general. El concepto de calidad ovocitaria —y su impacto potencial en la fertilidad futura— rara vez se menciona, a menos que haya una razón médica específica, como un diagnóstico de SOP, endometriosis o un tratamiento que pueda afectar la fertilidad (por ejemplo, quimioterapia).

“A medida que crece la conciencia sobre la longevidad reproductiva y la planificación anticipada, hay un interés cada vez mayor en introducir estos temas a edades más tempranas. Sin embargo, la educación integral y las conversaciones individualizadas sobre calidad ovocitaria aún están en evolución y no son una parte habitual del cuidado ginecológico temprano”, consideró Christy Prada, directora ejecutiva de Future Fertility.

“La calidad de los óvulos refleja muchos factores: la edad, las hormonas, la salud mitocondrial, la integridad del ADN, entre otros. Hábitos de vida como el mal descanso, fumar, el consumo de alcohol, el estrés crónico y una mala alimentación pueden generar desequilibrios hormonales e incrementar el estrés oxidativo y la inflamación, lo cual puede afectar la estructura interna del óvulo y su capacidad para madurar y fecundarse. Por el contrario, mantener hábitos saludables puede favorecer una mejor salud reproductiva en general”, completó el Dr. Dan Nayot.

El rol de la calidad de los óvulos en la formación de un blastocisto
En biología básica aprendemos que se necesitan gametos masculinos y femeninos —espermatozoides y óvulos— para crear un embrión, y que este contiene partes iguales de ADN de ambos. Es lógico pensar que ambos aportan por igual, pero en la práctica, el óvulo tiene un rol mucho más determinante en el desarrollo exitoso del embrión. A diferencia del espermatozoide, que es principalmente un vehículo para entregar el ADN masculino, el óvulo aporta ADN, ARN mensajero, proteínas, reservas de energía y nutrientes, además de numerosos componentes celulares fundamentales que darán origen al embrión.

El óvulo proporciona casi todo el contenido celular (membranas, estructuras internas, orgánulos) y todas las mitocondrias (responsables de la producción de energía) necesarias para el desarrollo temprano del embrión. Los óvulos de alta calidad tienen más probabilidad de fecundarse, dividirse correctamente, llegar a blastocisto (estructura embrionaria que se forma alrededor del quinto o sexto día posterior a la fecundación) y formar embriones cromosómicamente normales (euploides), factores clave para lograr embarazos exitosos.

Algunos especialistas en fertilidad observan una disminución más temprana en la reserva ovárica, aunque las causas aún no se comprenden del todo. Factores ambientales, la alimentación, el estrés, los disruptores endocrinos o cuestiones genéticas podrían influir. Si bien se necesita más investigación, esta tendencia está generando mayor conciencia sobre la importancia de la educación temprana y las evaluaciones proactivas de la fertilidad y la calidad ovocitaria.

Claudia

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