
El periodista del sistema Marcelo Longobardi expresó su opinión respecto a “Sinceramente”, el libro de Cristina Fernández. También lo hizo Baby Etchecopar y seguramente cada obrero de la mentira que cobran un sueldo de Magnetto, lucieron su opinión servil.
El alumno de Bernardo Neustadt y vendedor de ollas, hoy fanático de la ópera y el golf manifestó que leyó algunos fragmentos de este escrito y consideró que “es una porquería”, está ”mal escrito”, y demás calificativos que horadan la imagen de la ex -presidenta devenida en escritora.
Lo curioso de este opinador del sistema es que su único libro escrito por él es un reportaje, que ni siquiera leyó lo escrito por Cristina sino que observó una serie de fragmentos enviados por internet que han sido viralizados.
Cuando este testimonio salga al aire ya se habrá impreso la quinta o sexta edición. Un libro que es aguardado por la gente, que sin ser presentado en la Feria del libro vendió cuatro ediciones no debe tan oprobioso como manifiesta el alumno y ladero de Bernardo Neustadt.
Por su parte, el fracasado actor opinó en el mismo sentido con el agravante que esté no leyó ni el índice. La pregunta es: pueden estos formadores de opinión seguir llegando a la gente con la mentira y la descalificación como armas de su intelectualidad?.
Un opinólogo como Baby puede seguir agrandando la grieta simplemente con la sinhueso. Jamás ha escrito un editorial, menos convocó en sus dichos a escritores, intelectuales o políticos. Es un mal actor que solo interpreta el papel de perverso y siempre le sale ese sicario de la palabra que uno escucha.
Nada se aprende con estos alcahuetes del sistema. Si, uno se ilustra en odio y descalificación hacia aquellos que interpretan a las mayorías.
Y estos dichos no salen a la luz para defender un libro que puede estar bien o mal escrito, o ser una gran obra de la literatura argentina o no. Salen a defender el valor de la honestidad, de la verdad y de la lógica. Una obra que ya va por su quinta edición no puede ser tan mala porque eso conllevaría a que los argentinos compramos cualquier cosa. Al margen de la calificación sobre Cristina tampoco uno puede hacer caso a la opinión de aquellos que generan odio y que ni siquiera leyeron el libro.
Claro que si la obra hubiera sido firmada por Macri otro sería el cantar. El problema que tienen algunos opinólogos de la nada es que el libro tomó la forma de una acción política y la misma demostró que la ex presidenta está en carrera sin haber confirmado su candidatura.
Mirta tiene razón, vuelve ella. La oligarquía está nerviosa y ordena a sus serviles seudo-periodistas a tratar de evitar lo inevitable. Así no les guste “Sinceramente” todos sabemos que el hit del verano será otro porque el presidente cambia, lamentablemente para el Baby y la banda de sicarios de la verdad.