Por Simón Radowistky
Uno de los ítems a cumplir por la administración Macri es la concreción de pobreza cero. Concepto que mereció todo tipo de críticas durante la campaña, que el mismo presidente en su momento reivindicó y que en la actualidad, Marcos Peña dio por hecho que la pobreza cero no es posible.
En la gestión actual, modelo mediante, seguirá aumentando la pobreza como lógica consecuencia del aumento en la desocupación, suba de tarifas y pérdida de poder adquisitivo.
Platón definía a la pobreza como aquello que “No viene por la disminución de la riqueza, sino por la multiplicación de los deseos”.
El actual gobierno hace ostentación de su apoyo al capitalismo tomando el camino contrario del Papa Francisco, de ahí las escasas visitas al Vaticano.
Por más que los medios publiciten cada acto gubernamental, presencia de empresarios o gira presidencial, el modelo está adaptado para generar pobreza y al único extremo que puede llegar es a la riqueza cero.
Todavía la clase media cree que si los dueños del dinero derraman hacia abajo el problema económico tiene solución pero la media clase no aprende ni tiene memoria. Toda vez que la clase media alegró su bolsillo fue en tiempos de gobiernos con modelos proteccionistas. Aquellos planes económicos que atendían sobremanera a las capas bajas y estas mediante el consumo empujaban a las capas medias y así contagiaban consumo y alegría. Al revés siempre fue promesa incumplida porque el derrame sólo existe en la imaginación de algún técnico liberal.
No obstante la penosa actualidad el Papa en cada viaje, en cada mensaje, en cada acto sigue su lucha contra el capitalismo salvaje. Alguna vez el Che supo decir que el “capitalismo es el genocida más respetado del mundo”.
Francisco entiende esto y sigue su lucha a favor de los pobres. Sus discursos en Paraguay, Bolivia, Estados Unidos y Cuba han pasado a la historia. En Bolivia supo decir “ustedes los más humildes, los explotados, los pobres, los excluidos pueden hacer y hacen mucho. Me atrevo a decirles que el futuro de la humanidad está, en gran medida, en su capacidad de organizarse y promover alternativas creativas, en las búsqueda de las 3 T (trabajo, tierra y techo) y también en su participación protagónica en los grandes procesos de cambio, cambios nacionales, cambios provinciales y cambios mundiales”.
En los Estados Unidos, el Papa dijo: “En Laudato si, aliento el esfuerzo valiente y responsable para reorientar el rumbo y para evitar las más grandes consecuencias que surgen del degrado ambiental provocado por la actividad humana. Estoy convencido de que podemos marcar la diferencia de que Estados unidos y este congreso estén llamados a tener un papel importante. Ahora es tiempo de acciones valientes y de estrategias para implementar una “cultura del cuidado” y una “aproximación integral para combatir la pobreza, para devolver la dignidad a los excluidos y simultáneamente para cuidar la naturaleza”.
Mientras el Papa sigue invirtiendo su tiempo a favor de los pobres, el Imperio más las corporaciones van por el camino contrario.
El oficialismo sigue hablando de pobreza cero al tiempo que toma medidas en forma cotidiana para ayudar a la clase alta en detrimento de los más desposeídos.
Eduardo Galeano decía que la riqueza en el mundo es el resultado de la pobreza de los demás. “Debemos comenzar a acortar el abismo entre ricos y pobres”.
Y estas palabras deberían hacer mella en el presidente y sus amigos. Hoy el pobre en sociedad con las capas medias están sufriendo mucho. Macri no logra entender que la gente lo votó para un cambio positivo y no para quitar derechos y reducir patrimonio. Por ahora, el gobierno con comunicación, marketing y la foto del día está llevando el país a la falta de riqueza y trata de compensar con la sociedad transfiriendo la culpa a la gestión K. Pero la gente ya sabe que la miseria actual es del gobierno de derecha. No olvidan que los días más felices fueron peronistas y que ningún gobierno liberal llegó al poder para mejor la vida de aquellos que menos tienen.