El intendente de San Isidro entre los peores evaluados. Ramón Lanús y su eterno descenso
La más reciente encuesta de CB Consultora vuelve a colocar a Ramón Lanús, intendente de San Isidro, uno de los partidos más relevantes de la zona norte, entre los peores evaluados.
Esta tendencia negativa parece ser el resultado directo de una gestión caracterizada por la improvisación y la ausencia de planificación estratégica.
Una de las principales inquietudes de los vecinos es el alarmante aumento de la inseguridad, que ha llevado a muchos sanisidrenses al límite de la desesperación. La comisión de ilícitos con violencia se ha intensificado, creando un clima de temor y preocupación en la comunidad, algo que jamás antes se había vivido. Estos hechos delictivos, que rozan la tragedia, generan una angustia palpable entre los ciudadanos.
En este contexto, las respuestas del municipio se visten de marketing comunicacional, ofreciendo medidas que, en la práctica, resultan vacías y contribuyen a un estado de desamparo que agrava aún más la situación.
La falta de transparencia en la administración municipal es otro aspecto que preocupa a los vecinos. La salida de funcionarios clave, en muchos casos sin explicaciones públicas, ha dejado un vacío preocupante en la conducción política y operativa del municipio. Además, la toma de decisiones se ha caracterizado por la opacidad y la ausencia de visión a largo plazo, generando incertidumbre sobre el futuro de San Isidro.
El panorama empeora con una administración ineficiente de los recursos públicos, que compromete tanto la realización de obras esenciales como la calidad de servicios críticos, entre ellos la desprotección en materia de salud o la carencia de una limpieza adecuada. Los vecinos han señalado la falta de recolección de basura a diario, lo que provoca suciedad en las calles y ha llevado a la aparición de basurales en varios barrios. Estas áreas, vitales para el bienestar de la comunidad, han experimentado un deterioro constante, menospreciando los logros de la gestión anterior y afectando directamente la calidad de vida de todos los sanisidrenses.
El continuo posicionamiento negativo de Ramón Lanús en los rankings refleja la creciente insatisfacción de los vecinos y la falta de respuestas concretas a sus demandas. Tras casi un año, su gestión sigue sin rumbo definido ni proyectos que ofrezcan una visión clara hacia el futuro, alimentando la frustración y el descontento colectivo.
Los números son contundentes. Mientras otros intendentes han implementado soluciones innovadoras y transparentes que han restaurado la confianza de sus comunidades, Ramón Lanús sigue anclado en los últimos lugares de las encuestas.
Las decisiones tardías y las soluciones insuficientes han incrementado el descontento vecinal, debilitando la cohesión de su equipo y erosionando la confianza en su conducción.
La pregunta que resuena entre los vecinos es clara y apremiante: ¿cuánto tiempo más persistirá esta inacción y la falta de autocrítica en la gestión de Ramón Lanús?
La paciencia de la comunidad tiene límites, y el reloj está corriendo.