Opinión

PUEBLADA…

Por Carlos Galli 

Hebe de Bonafini llamó a una pueblada para defender a la ex presidente de la Nación, Cristina Elizabeth Fernández de Kirchner, en caso de que sea declarada culpable por la justicia.

Respeté a rajatabla a las Madres de Plaza de Mayo. Pero me reservo y me lo llevaré a mi tumba, lo que le dijo la dueña de los pañuelos blancos a mi MADRE cuando fue a pedir que se podía hacer cuando estuve siete meses desaparecido en el año 1977. Parecería que a la señora Bonafini no le alcanzan los miles de compañeros y compañeras desaparecidos, muchos de ellos que jamás volveremos a ver. No le alcanza la sangre que hemos derramado, y gracias a DIOS, estamos vivos. Defendimos la República. Pusimos el cuero por la Patria. Luchamos para vivir en un Estado de Derecho y volver a disfrutar de la libertad y la democracia.

El jueves 18 de agosto pasado, Hebe de Bonafini llamó a una PUEBLADA, que hay que prepararla porque lleva tiempo organizarla. Tiene la «suerte» que yo le prometí a mi amada vieja que jamás haré público la respuesta que le dijeron en persona. Pero la verdad señora, me tiene lo huevos al plato.

¿Sigue defendiendo la lucha armada? Si es así, se quedó en los setenta del que fui participe, pero a los 70 pirulos, prefiero el diálogo duro, crítico y hasta opositor, pero no volvería a levantar un arma para defender esta endeble y tibia democracia, pero democracia al fin. Mis heridas están abiertas, me sangra el alma, pero un tal JESUCRISTO me enseñó que «ojo por ojo y diente por diente» no es de buen cristiano ejercerlo.

La poblada que promueve y desea, Hebe de Bonafini, es un despropósito y una canallada. Basta señora. Usted cómo tanto otros, dónde me incluyo, no debemos seguir con los puños llenos de rencores y odios. Aunque tal vez les pido demasiado.

Con el poco respeto que siento por usted, le pido con humildad que baje cinco cambios. Defienda a quien usted quiera y como quiera, pero no utilice a la juventud y a los un poco más maduros para ir a poner el pecho. No nos merecemos un solo muerto, por defender a alguien que dijo que la iba a juzgar la historia.

Y finalizo diciendo lo que mi corazón me dice:

Lo que escribo con mi pluma, me lo banco con el lomo.

POSDATA:

Le prometí a mi madre que nunca más levantaré un arma para matar ideales, ni circunstanciales enemigos.

A mí no me va a juzgar la historia. Lo hará el único que puede hacerlo, nuestro SEÑOR JESUCRISTO. Que también sabe que me he arrepentido de todos mis enormes errores. Y solo EL sabe si merezco heredar su Reino, o arder en las llamas del AVERNO.

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