POR AHÍ NO ES

Por Simón Radowistky.
En su última aparición Cristina Fernández criticó a los movimientos sociales. El jueves todos nos enteramos que una cantidad importante de personas que acceden a planes sociales compran dólares, y seguimos diciendo que el rumbo político implementado por el presidente es equivocado.
Y está errado por estas razones. Planeros que cortan calles para pedir aumento mientras algunos infiltrados compran moneda extranjera. Equivocado el presidente porque un peronista acordaría con empresarios y trabajadores, no con movimientos sociales que no reportan ganancia ni económica ni política.
Nunca existió la reunión con empresarios para fijar reglas claras para las mayorías. Siempre se dejó hacer. El único secretario de comercio que dijo que la solución era cientos de mercados centrales para bajar los precios tuvo que renunciar.
Desde siempre dijimos que Alverso está presente con el poder porque la cobardía lo invade. En campaña se aburrió de gritar que entre los bancos y los jubilados se queda con los jubilados. Habló de la grieta, de la conciliación, se abrazó con Macri y pidió la libertad de Milagro Sala. Tres años más tarde, Milagro sigue presa, los bancos derrotan por goleada a la sociedad y la conciliación será con los empresarios, porque el argentino está enojado y decepcionado.
Si Alverso representa al Peronismo como dice, este es el peor gobierno de la historia, si es una coalición es el gobierno más entreguista desde 1983 y para ser objetivos, este gobierno no es. Simplemente es un club de amigos que cobran buenos salarios, que viajan y que mienten constantemente. La única diferencia con la derecha es que hablan más bajo.
Cristina también está enojada. Ella lo nombró y fue traicionada. Quiere renunciar, pero el fantasma del Chacho lo impidió. Su “amigo”, el presidente, logró lo que ningún otro político pudo y es esmerilar su prestigio y colocarla ante un arma para que la maten.
La derrota en las próximas elecciones se ve venir, y si esto pasara el único responsable es el Frente Renovador. Un presidente que nunca fue y un ministro que creyó ser Superhijitus y terminó siendo Serrucho. ¿No le parece?




