Las marchas anticuarentena solo generan odio, pues la cuarentena seguirá o no según lo disponga el ejecutivo. Las marchas de la izquierda que van por reclamos desubicados tampoco logran nada ya que el gobierno dispone de un presupuesto determinado y no puede ir detrás de cada grito trotskista. Lo cierto es que este tipo de reclamos generan placer en sus voceros. El gorila se siente cómodo con el odio y la destrucción. Sin ir más lejos un oyente en este espacio sintió placer por ser gorila. ¿Sabrá que es el placer?, ¿sabrá lo que es ser gorila?
El placer es cuando un individuo consciente satisface alguna necesidad. En mi caso y el de muchos siento/sentimos placer por ser peronista. Pero el oyente piensa lo contrario, piensa distinto, piensa diferente. Su necesidad será el odio, el insulto, la oposición, o quizás todo junto y por eso siente placer por ser gorila.
Lamento no compartir esa idea porque uno siente placer por un choripán en reunión, por la marcha de Hugo del Carril, por gente esperanzada, por el vendedor ambulante que grita y vende con alegría, por el pyme que reabre su empresa, por el almacenero que se le planta a Carrefour. Por eso siento placer. Por las mujeres reconocidas con una jubilación, por el día de la lealtad, el día del militante, por las juntadas sin discusiones.
En cambio, el gorila debe sentir placer por ir a una marcha con diez más para insultar o llevar el cartel de yegua. Sentirá placer por la labor de Videla, de Macri, de la fusiladora, toda gente de bien. Le encantará los breves discursos de Mauricio, la verba de Trump o el gobierno de Pinochet. Porque todos son gorilas. Quizás lea a Borges, Vargas Llosa o Nik. Estará contento cuando la oligarquía controla y aumenta los precios, cuando el campo no liquida la soja o cuando juntemos algo de cambio defiendan al 0,02 por ciento de la población. Su necesidad es el odio o sea su placer.
Pobre quizás no entienda las gambetas del peronista Maradona, la filosofía del peronista Dolina, la verba de Cristina, Chávez, Castro y demás portadores sanos de nacionalismo. Tampoco sentirá placer al escuchar al peronista Hugo del Carril, al poeta y peronista Discepolín y menos aun los escritos del peronista Jauretche ni del otro peronista José Pablo Feinmann. Seguramente creerá que la peronista Evita era una ladrona y de esa manera justificara su muerte. A él le causaba placer Aramburu, Uriburu, Lugones, Rojas, Lonardi, Galtieri o Pinky.
Es raro, hay gente y gente, hay placeres y placeres. El nutricionista te dice que todo lo que te gusta te engorda y está prohibido, el gorila que le encanta prohibir aplaude y te recomienda todos aquellos que le gustan a un 0,02 por ciento de la población. Amigo gorila, hágame caso aplauda a Maradona, Charly García, Dolina y Cristina todos peronistas, todos representantes de mayorías, y todos talentosos y productivos para el territorio donde usted permanece, porque el gorilaje solo pensó en usted cuando hubo que saquearlo, ¿no le parece?
