PERÓN, EVITA, LA PATRIA…
Por Carlos Galli.
Recuerdo cuando en otras épocas un sector cantaba, “Perón, Evita, la Patria Peronista”. Y del otro cantábamos, “Perón, Evita, la Patria socialista”, y sin mediar más palabras que esas, nos cagábamos a balazos.
Hoy, ya sin balas parece algo similar. Claro que ahora no hay peronistas, están todos disfrazados de perucas, pero son como el agua tibia, que ni siquiera sirve para mate.
A saber, la secta camporista, no tienen ideología solo la guita.
El Presidente de la Nación, socialdemócrata. La vice, progre, pero millonaria en dólares. La Coalición de Gobierno, una ensaladera. Radicales arrepentidos de ser radicales. Socialistas capitalistas, una izquierda insípida, y un montón de rejuntados, sin ideales ni convicciones, que se hacen los revolucionarios, cantando canciones infantiles.
Desde el Instituto Patria, nunca saldrá una revolución social. De Balcarce 50 (Casa Rosada) tampoco.
El «cuervo» Larroque, como es natural en estas aves, está acostumbrado a la carroña.
El Ministro de Relaciones Exteriores, lo único bueno que tiene, es a su Secretario de Culto, el Licenciado Guillermo Oliveri, que tiene una muy buena relación con todas las religiones y doctrinas existentes en nuestro país.
Máximo Kirchner y su secta, jamás serán la JP de las Regionales, y él nunca podrá llegar a la suela de los zapatos del enorme y entrañable Juan Carlos Dante Gullo.
Kicillof, jamás podrá, ni en cien años, parecerse a Oscar Bidegain.
El Ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, se cree Rambo.
Al Ministro de Economía, dos más dos, pocas veces le da cuatro.
Aníbal Fernández, cree que el polvo blanco que pasa ante sus ojos, es talco para la cola de los bebés. En otras palabras, se hace el distraído. Recordemos que dijo suelto de cuerpo, que la inseguridad era una sensación.
La Coalición, desprecia al PERONISMO. Recordar que lo llamaban pejotismo.
En la CGT, ya no hay un Raimundo Ongaro.
Los que gerencian los planes sociales, son burócratas que manejan a su antojo, la pobreza y la miseria.
Un caso aparte es Grabois, que expresó oportunamente que, antes de juntar cartones, saldría de caño.
El «chino» Navarro, con agrupación piquetera, le falta el respeto a la abanderada de los humildes, nuestra inolvidable Eva Perón, Evita para el pueblo, y para sus amados «cabecitas negras».
Siguen los funcionarios que no funcionan. Sigue el pan y el circo, pero cada día con más payasos y más «equilibristas». Todos ellos caminando por un delgado alambre y por una movediza cornisa.
El Congreso Nacional, un lugar que debería ser cuasi sacrosanto, es un Parlamento, que deprime más que una novela de Corín Tellado. Es un laberinto de charlatanes, y como todo laberinto, es muy difícil salir.
La Legislatura Porteña, es lo más parecido a un breca, (el que lo entienda me exime de la explicación). Mucho bla bla, mucha sarasa, y pocas leyes y ordenanzas en favor de los ciudadanos.
El Presidente y la vice, me recuerdan al dúo Pimpinela y sus canciones, siempre reprochándose uno al otro, de sus interminables peleas, de una pareja berreta que se detestan.
En el Frente de Todos contra Todos, hace tiempo que no hay lugar para los dos. Uno de los dos debería emigrar. Pero aunque el poder político y económico enferma, ellos están dispuestos a enfermar de gravedad, con tal de conservar el miserable y asqueante poder.
El gabinete nacional, tiene más quilombos que la ruta ocho.
Hasta Luis D’Elía, mandó al carajo a la secta camporista. Nos están gobernando en joda, se burlan del PUEBLO y lo peor, es que les chupa un huevo todo. No les importa nada. Ni los pobres, ni los carenciados, ni los indigentes, ni los pueblos originarios, ni el colectivo feminista. Todo le importa un carajo. Ojo, la oposición es tan berreta como el oficialismo. Son las dos bases de una taba. Cara y cruz. Últimamente, para la sociedad, cae siempre de culo.
¿Se darán cuenta los políticos, que el pueblo tiene los huevos al plato?
Señores y señoras de política, ¿Y SI PRUEBAN TRABAJANDO? Porque así lo dijo la vice, busquen otro LABURO.
En esto, también debe incluirse ella. Aunque en realidad, siento que no le hace falta laburar. Su fortuna, ganada como una exitosa abogada, da la sensación que es inagotable.
Y los boludos cantábamos, “Perón, Evita, la Patria Peronista”. O “Perón, Evita, la Patria socialista”. Y nos cueteábamos, la verdad, fuimos sin eufemismos unos BOLUDOS.
Estimados lectores y lectoras, esta nota de opinión me agotó.
Mil disculpas.
